martes, 15 de diciembre de 2009

MAIDEN

Según la tradición la Maiden (o virgen) es una mujer emancipada en todos los sentidos, soltera, viuda o separada pero que no conviva con ningún hombre.

Esto no significa que no tenga ningún amante, sino que debe mantenerse y vivir sola.

Ella representa a la Diosa en sus aspectos de Virgen Negra, como mujer independiente y conocedora de los ritos sexuales y de la sangre.

La Maiden interpreta papeles rituales de polaridad Aire-Fuego, al contrario de la Suma Sacerdotisa que representa a la Diosa Madre con polaridad Agua-Tierra.

También abarca los aspectos de doncella de la primavera o Virgen Blanca.

Es quien dirige y enseña los misterios de la danza, y manifiesta los valores de la feminidad activa y de la mujer independiente.

Bendiciones!

YULE

Yule o Solsticio de Invierno se celebra el 21 de diciembre y es cuando la mitad obscura del año se separa de la mitad de la luz. Durante el Solsticio de Invierno, en torno al 21 de diciembre aproximadamente (en el Hemisferio Norte), tienen lugar la noche más larga y el día más corto del año. Es el primero de los Sabbats Menores en la Rueda del Año.

Comenzando la siguiente mañana al amanecer, el Sol se eleva un poco más alto y se queda un poco más tiempo en el cielo cada día. Es la noche más larga del año, la mayoría de la celebración era para los ancestros que esperaban el renacimiento del Rey Roble, el Dios Sol, el Creador de la Vida que calentaba la Tierra helada y hacía cuidar y criar las semillas protegidas durante el Otoño y el Invierno en sus entrañas.

El Dios luminoso partió en Samhain a la Tierra del Eterno Verano, para preparar su renacimiento, siendo su lado oscuro coronado como Rey de la mitad oscura del año. Es así que en medio de la noche más oscura nace la nueva luz, la promesa de la vida, el niño divino. Yule significa rueda en anglosajón, como en noruego Iul. Es en este punto que la rueda del nacimiento/muerte/resurrección se completa.

Todas las hojas han caído, la naturaleza duerme, es el momento de mayor obscuridad antes de que la luz regrese, es el renacimiento del Dios Padre, la primera chispa de esperanza que emerge de la más profunda oscuridad. Es un momento de espera, de recogimiento y meditación. Se necesita tiempo para despertar a un nuevo ciclo después de la muerte. La vida espera bajo la tierra el momento de renacer.

Yule es un momento propicio para meditar sobre la oscuridad. Es un tiempo de espera atenta en el que podemos observarnos a nosotros mismos y descubrirnos. Celebramos la esperanza del renacimiento confiando en que después de la fase mayor obscuridad renacerá la vida que duerme bajo la tierra.

Simbólicamente hablando y de acuerdo con la creencia wiccana, Yule representa el renacimiento del dios después de su muerte en Samhain. Esta celebración corresponde al solsticio de invierno. También es el primer ritual estacional de la Rueda del Año. Es el momento más frío y la noche más larga del año.

Entre los pueblos celtas, tan ligados a los cambios y ritmos de la naturaleza, el Solsticio de Invierno celebraba el nuevo resurgir de la luz y el declive de la oscuridad, y la fiesta se prolongaba durante varios días. Los celtas consideraban que, al empezar los días a ser más largos, era entonces cuando verdaderamente empezaba a resurgir la vida en la tierra.

Entre los paganos esta festividad se conoce como Yule, vocablo procedente del nórdico Jul, que significa "rueda", aunque para la Tradición Caledonia recibe el nombre de Alban Arthan.

Durante Yule tiene lugar el alumbramiento del nuevo Dios del Sol, fruto de la unión de la Diosa Doncella y su Consorte durante el pasado Beltaine. El nuevo Dios crecerá y se hará fuerte, convirtiéndose entonces en Consorte de la Diosa para comenzar un nuevo ciclo.

Este alumbramiento pone de manifiesto la perfección del Universo, el equilibrio existente entre luz y oscuridad, y es un símbolo de esperanza que nos ayuda a comprender que tras cada fin siempre hay un comienzo nuevo.

No debemos olvidarnos de ofrecer a los demás algo a cambio de lo que la vida nos ha dado hasta ahora. Es buena idea, por ejemplo, donar ropa y comida a alguna institución benéfica; o también dejar algún alimento en el exterior para los animales.

SIMBOLISMO DE YULE:
Renacimiento del Sol, La Noche más Larga del Año, Planear para el Futuro.

SIMBOLOS DE YULE:
Cactus de Navidad, Acebo.

HIERBAS DE YULE:
Laurel, Pino, Roble, Salvia, Acebo, Muérdago, Hiedra, Cedro, Enebro, Romero, Naranjo, Nuez Moscada, Limón, Canela.

BEBIDAS DE YULE:
Vino condimentado con especias, té de jengibre. En México se acostumbra el Ponche de frutas.

COMIDAS DE YULE:
Nueces, Pavo, Té de jengibre, Tronquito de Yule, Fruit Cake, Manzanas y Peras.

INCIENSOS DE YULE:
Pino, Cedro, Canela, Enebro, Mirra.

COLORES DE YULE:
Rojo como símbolo del nacimiento (por la sangre del parto), Verde como símbolo de la tierra., Oro, Blanco, Plata, Amarillo, Anaranjado.

PIEDRAS DE YULE:
Rubíes, Esmeraldas, Diamantes, Granates.

CLASES DE RITUALES DE YULE:
Paz, Armonía, Amor, Felicidad.

DEIDADES DE YULE:
Diosas: Brighid, Isis, Demeter, Gaea, Diana, La Gran Madre.
Dioses: Apolo, Ra, Odin, Lugh, El Rey Roble, Dios con Cuernos, El Hombre Verde, El Niño Divino, Mabon.

DECORACION DE YULE:
Altar: Ramas de pino o romero.

Círculo: se pueden usar hojas secas para marcarlo.

En general las decoraciones paganas apropiadas son por ejemplo guirnaldas de capullos de rosas secos, palitos de canela, arándanos y bolsas de especias que cuelguen de las ramas.

También podemos colgar frutas como manzanas, naranjas o limones.

DEIDADES DE YULE:
Las deidades de Yule son todos los Dioses solares, Diosas madres y la Triple Diosa. El mejor conocido sería Dagda y Brighid, la hija de Dagda. Brighid le enseñó a los forjadores el arte de tender el fuego y los secretos para trabajar con el metal. La flama de Brighid, como la flama de la nueva vida, atraviesa la obscuridad del espíritu y de la mente, mientras que el caldero de Dagda asegura que la naturaleza siempre provea para todos los niños.

TRADICIONES DE YULE:
Durante el siglo IV, el Papa Julio I decidió superponer la celebración de la Navidad cristiana a los antiguos ritos del Solsticio para facilitar el tránsito de la Antigua Religión al cristianismo. Por este motivo la Navidad, antes sin fecha de celebración determinada, fue instaurada en el veinticinco de diciembre.

Debido a ello, muchas de las tradiciones comunmente asociadas a la Navidad tienen sus raíces en los ritos de Yule, como por ejemplo decorar el árbol o intercambiar regalos.

El moderno Papá Noel, o Santa Claus, es también una figura tomada del paganismo, poseedor de características propias de Cronos, Thor, Odín, el Abuelo Hielo ruso...

También la tradición de besarse bajo el muérdago tiene sus raíces en esta antigua celebración. Se consideraba el muérdago como la más mágica de todas las plantas y por ello se creía que proporcionaría felicidad a las parejas que se besasen bajo su influencia, puesto que, además, se lo tenía por afrodisíaco.

Otra tradición es la del Tronco de Yule. Se trata de un tronco de árbol, habitualmente pino o roble, que se transporta hasta el hogar familiar para hacerlo arder durante las celebraciones del Solsticio. Se dice que las cenizas del Tronco de Yule protegen la casa del mal y proporcionan suerte y abundancia, pero para ello debe arder, al menos, durante doce horas ininterrumpidas; lo cual no es difícil, puesto que el tronco suele prepararse con ofrendas y libaciones de vino que hacen que su combustión sea más lenta. Esta costumbre se remonta incluso a Egipto, en el 5000 a. C. cuando festejaban el nacimiento de Horus, rey del sol; también los antiguos sumerios festejaban el nacimiento del Dios Mitra; esta celebración ha sufrido muchos cambios, pero ha estado presente desde entonces en multitud de culturas.

Cuando los celtas adoptaron esta costumbre, hacia el 1100 a. C., recogían un leño después del solsticio y lo guardaban hasta que, unos días antes de la festividad, lo adornaban con piñas de conífera, acebo, hiedra y otras plantas siempre verdes, lo que parece que puede ser uno de los orígenes de la costumbre actual de adornar un árbol. Después de varios días adornado y colocado en un lugar de honor del hogar, para que todos los miembros de la familia pudieran tocarlo y dejarle golosinas y regalos, el leño se prendía al ponerse el sol la noche del solsticio (normalmente es la matriarca quien prendía el fuego) y se quemaba lentamente. Sus cenizas se guardaban con veneración, ya que se decía que podían curar enfermedades, y se solía guardar algún resto carbonizado para encender el fuego del leño del año siguiente.

Algunas otras tradiciones de estas fechas son, por ejemplo, fabricar guirnaldas con ramas de pino, roble, acebo o muérdago y colocarlas sobre las puertas, y colocar velas y luces para iluminar toda la casa. También es costumbre adornar las casas con hiedra por dentro y por fuera para protegerse de visitas no deseadas.

Otra tradición es mantener una vigilia nocturna para esperar el sol. También se puede dejar una vela encendida en la ventana o colocar figuras de madera en la puerta de la vivienda como la “Cabra de Yule”.

Se puede ir de “wassail” por el pueblo o colonia donde vivimos. Wassail viene del anglosajón “waes hael, be whole; be hale”, o sea, “seas sano o completo”. Se recorría el pueblo brindando y cantando con el “wassailing bowl”, un bowl hecho de madera. Se brindaba a la salud de un árbol y se le empapaba con sidra, dejándole también “muffins” sobre sus ramas.


RITUAL

Como siempre, hay que iniciar cerrando el círculo y haciendo las invocaciones de Dioses y Elementales.

El caldero debe estar sobre el altar (o delante de él si es muy grande), lleno de alcohol que más adelante prenderemos. Si estamos al aire libre se puede hacer una fogata dentro del caldero. Si no se ha de prender el caldero durante el ritual, se puede utilizar una vela roja.

Luego recitamos una invocación a los dioses y parados frente al caldero decimos:

No me lamento, aunque el mundo esta envuelto en sueño;
No me lamento, aunque el frío viento sopla;
No me lamento, aunque la nieve caiga fuerte y profunda;
No me lamento, también esto pasara pronto.


Prendemos el fuego en el caldero, o la vela roja adentro de el, y mientras las llamas se elevan, decimos:

Prendo este fuego en tu honor, Diosa Madre.
Tú creaste la vida de la muerte,
el calor y el frío.
El sol vive una vez más.
¡Fuego para la fortaleza!
¡Fuego para la vida!
¡Fuego para el amor!
¡Bienvenido Dios del Sol que siempre retornas!
¡Salve, Madre de todos!


Ahora en sentido deosil. Caminando al rededor del altar y el caldero, mirando las llamas, cantamos:

La rueda gira, el poder arde.
Gira, gira, gira la rueda.
La llama que se había apagado se encendió.
Rueda y rueda, gira y gira.
Retorna, retorna, retorna a la vida; gira y gira.
Bienvenida sea la luz del Sol,
Adiós a las disputas.
Rueda y rueda, gira y gira.
El Señor Sol se muere; el Señor Sol vive.
Rueda y rueda; gira y gira.
La muerte abre las manos y nuevas vidas da.
Rueda y rueda por donde va.
Gira, gira, gira la rueda.
La llama que se había apagado se encendió.
Rueda y rueda; gira y gira…


Debemos proyectar el sol en nuestros pensamientos, en las energías ocultas que yacen en el invierno, no solo en la tierra sino dentro de nosotros mismos. Debemos pensar en el nacimiento no como el comienzo de una nueva vida, sino como la continuación de otra. Debemos dar la bienvenida al Dios en su retorno.

Luego nos detenemos delante del altar y del caldero en llamas y damos la bienvenida al Dios diciendo:

Gran Dios del sol, doy la bienvenida a tu retorno.
Que brilles intensamente sobre la Diosa.
Que brilles intensamente sobre la tierra.
Esparciendo semillas y fertilizando los campos.
Todas las bendiciones sean sobre ti, renacido del sol.


En este momento se pueden hacer otros trabajos de magia que se hayan preparado para la fecha. Recuerden que en los Sabbats el principal objetivo es honrar a los Dioses, así que se hacen trabajos mágicos solo en caso de suma urgencia e importancia.

Se continúa con el banquete (comida y bebida). Después se hacen las despedidas a los Dioses y Elementales agradeciendo su presencia y bendiciones. Y finalmente se abre el círculo. El ritual ha terminado.

Bendiciones!