jueves, 12 de marzo de 2009

LOS PANTEONES WICCA

En la Wicca existen dos formas de entender a la Divinidad y de relacionarse con ella. Como lo afirma Don Lewis, cabeza de la tradición Correlliana, tenemos a la Deidad Universal y la Deidad Patrona o Personal.

La Deidad Universal que es aquella que lo agrupa todo, que carece de género y de la que salen todas las cosas. Tiene muchos nombres y a lo largo de la historia se la conocerá con muchos otros más. Todas las religiones tienen un nombre para ella.

En nuestro caso llamamos a esta Energía Universal "Espíritu Sagrado" que surge de la unión entre el Señor y La Señora. El Señor y la Señora son una forma de entender este concepto, puesto que son parte de esta conciencia Divina que da forma a todo lo demás. Esta Deidad está muy por encima de todas las manifestaciones personales y aspectos individuales, incluido el Universo mismo.

La Deidad Personal se refiere a cualquier aspecto de la Divinidad Universal con el que hacemos una conexión emocional y familiar. Las Diosas y Dioses pertenecientes a un panteón mitológico en específico presentan características arquetípicas tangibles, las cuales son apenas un matiz de la gama de colores que la Deidad Universal encierra.

Mediante el entendimiento y conocimiento de estos aspectos y deidades personales, podemos tener un aproximamiento hacia la verdadera naturaleza del todo.

Los Panteones dentro de Wicca, representan a la agrupación de Diosas y Dioses de una religión o mitología politeísta en particular.

No es obligatorio ser devoto de un panteón en específico, aunque resulta muy enriquecedor aprender sobre los mismos. Se puede tener dos o más Deidades, pueden ser de un mismo panteón o de panteones diferentes. El devoto se dedica a ellas y se convierte en parte de su linaje.

Una persona puede escoger trabajar con una Deidad en particular, pero normalmente es la propia Divinidad la que se manifiesta y escoge a su devoto. Puede tratarse de revelación en sueños, afinidad por una imagen en particular o de una historia o leyenda, etc.

La interacción con lo divino puede realizarse de varias maneras y en diferentes niveles. Las invocaciones y Cargas son las que ayudan a iniciar ese vínculo.

Es muy importante estudiar y conocer la historia que envuelve a un Dios o Diosa, averiguar con cuáles elementos están relacionados y las características que cada quién presenta. Estar relacionado con Isis presenta grandes diferencias que estar relacionado con Morrighan, sobretodo en lo que se trata de vestimenta, tipo y organización del altar y las ofrendas de agradecimiento.

Bendiciones!

LA DIVINIDAD

La Divinidad se encuentra en cada rincón de todo lo que nos rodea.

Ella es parte de nuestra esencia y parte de ella habita en nuestro interior. En ocasiones no es fácil encontrarla y conocerla, pero eso es simplemente que no nos conocemos a nosotros mismos. Su luz se desborda en nuestros corazones y la podemos sentir con cada palpitación.

Hay quienes piensan que a la Divinidad hay que tratarla con diplomacia y formalidad. Le hablan refinadamente y modifican su dialecto común.

Sin embargo, ¿es necesario dejar de ser uno mismo para hablarle con respeto a la Divinidad? Ella nos conoce mejor que nadie y las formalidades están, por lo tanto, de más. Es bueno tratarla como una amiga. Hablarle con confianza, sin el temor de evadir algún tema.

La Divinidad no es un personaje con un solo nombre, o con un solo aspecto. Cada quien le llama como más le guste. Cada cual tiene la capacidad de entablar un vínculo especial y genuino con la Divinidad. En este camino no hay límites para visualizar la energía divina.

A diferencia de lo que piensan muchas personas, los Wicca no necesariamente son politeístas. Una persona politeísta, es aquella que venera muchos Dioses. Nosotros solamente veneramos a uno. La Divinidad es una sola energía, única y especial. El detalle es que nosotros le podemos nombrar de mil maneras a esa energía divina.

La Divinidad es una sola. Sin embargo, hay infinitas formas de nombrarle, pero eso no cambia su esencia. El nombre que cada quien le asigna, es de acuerdo a sus necesidades y afectos.

Los paganos visualizamos una Divinidad que nos acepta tal y como somos nosotros y no nos condena por ser diferentes. Ella nos ama y nos bendice a todos por igual, sin importar sexo, raza, nacionalidad o preferencia sexual.

La Divinidad no tiene un género en específico. Para nosotros los Wiccanos, esa Divinidad posee dos aspectos principales: el femenino y el masculino.

Representamos al Dios a través del Sol, que nos brinda calor y nos protege con su fortaleza y valentía. Y representamos a la Diosa a través de la Luna, que nos brinda amor y nos cuida como una madre a un hijo.

Bendiciones!

LAS TRES FASCETAS DE LA DIOSA

La Diosa, a la vez que representa el carácter femenino de la creación, también representa los estados de la vida como la Triple Diosa.

Esta se compone de la Doncella, la Madre y la Anciana. Cada una de ellas representa un carácter de la vida humana, como también estas son representadas con los estados de la Luna.

Esta imagen que se reverencia en Wicca está basada en las imágenes más antiguas de la Diosa. Las tríadas que implican Dioses y Diosas son más antiguas que el arquetipo cristiano.

Cada uno de estos aspectos de la Diosa tiene sus características particulares.

La Doncella

Es el aspecto más joven de la Diosa, es ingenua y a la vez seductora, enamorada y curiosa. Representa la niñez y juventud del ser humano.

En ocasiones se le representa como una niña, pero se le reconoce más a menudo por ser una bella joven llena de vitalidad y asombro.

Es la joven Diosa de la Primavera, la Diosa del Amanecer, la Diosa de la Creatividad y de la expresión, la belleza, la inteligencia, las habilidades, la frescura y el potencial.

Manifiesta la juventud, la excitación de la caza, y la novedad de la vida y la magia. Se asocia con el amanecer, la primavera, la pasión y el arcoiris.

Ella no tiene compañero todavía.

Su estación regente es la primavera, donde se reinicia el ciclo dando lugar al renacimiento de la vida.

Su estado lunar el la luna creciente.

Sus colores son suaves y claros, como el blanco, el rosa suave, el amarillo pálido y el verde limón.

Se identifica con tres diferentes actividades: la Artista (Diosa de las artes y oficios), la Guardiana (como guerrera y protectora, patrona de las gestas y aventuras, defensora de los que lo necesitan) y la Amante (Diosa del amor, la belleza y la sexualidad).

Se le invoca para la belleza, el romance y la juventud.


La madre

Es el aspecto maduro de la Diosa, es maternal y compasiva, pero a la vez fiera protectora de sus hijos. Representa la madurez del ser humano. Representa también la nutrición, el cuidado, la fertilidad. El Universo es su hijo y ella cuidad de él, dándole recursos en abundancia.

Todas las cosas que existen son hechas por ella y se generaron desde su amor infinito. Su amor es infinito hacia aquellos que respetan su creación y a sí mismos.

Ella es la unión, el plasma que unifica toda la creación, desde los organismos unicelulares, hasta las grandes ballenas; desde el agua hasta la atmósfera; desde la más pequeña roca hasta la estrella más grande; todo está relacionado.

La Madre es la unión entre el Mundo Material (los seres humanos y todo lo que le rodea) y el Mundo Espiritual (el Dios y la Diosa).

Es la mujer en la flor de la vida y en la cima de su poder.

Ella se protege a sí misma y se asegura que se haga justicia y que se haga bien.

Esta ya tiene un compañero, que se encargará de que se manifieste su fertilidad, fecundándola.

Su estación regente es el verano y el inicio del otoño, cuando es época de cosecha, cuando es época de cosecha, cuando la tierra da sus frutos.

Sue estado lunar es la luna llena.

Sus colores son más cálidos que los de la Doncella, como el verde, el cobrizo, el rojo, el morado claro y el azul real.

Se le invoca para la protección, la fertilidad, la madurez y las relaciones estables.

La anciana

Es el aspecto de la vejez de la Diosa, es sabia y experimentada, nos orienta y aconseja. Es astuta y aconseja bien. Cuida de la Doncella y de la Madre, así como de la descendencia de Ellas. Ella es lógica y puede ser terrible en sus venganzas.

Es la Diosa del a Muerte y la Sabiduría infinita, de las videncias y de la guía. Es toda una matriarca.

Se encuentra en la puerta de la dimensión de la muerte. Representa la vejez del ser humano. Su poder se demuestra en la muerte y la destrucción de lo antiguo para dar paso a lo nuevo, es la regeneración y el cambio.

Algunas veces se acompaña de un anciano, y otras se simboliza sola, representando la vuelta a la soledad que acompaña la meditación de tiempos pasados y la viudez.

Su estación regente es el final del otoño y el invierno, cuando las hojas caen y el frío inunda la tierra.

Su estado lunar es la luna menguante.

Sus colores tradicionales son el negro, el gris, el morado, el marrón o el azul medianoche.

Se le invoca para la sabiduría, la muerte, el buen consejo, la salud y la vejez.

En una atmósfera de Coven, algunas mujeres específicas asumen los papeles de la Triple Diosa. Normalmente la Gran Sacerdotisa representa a la Madre. Una chica joven del Coven, representa a la Doncella, y una antigua Gran Sacerdotisa representa a la Anciana.

Como en Wicca se cree que en un principio era la Diosa Madre la que existió, y que todas las cosas vienen de Ella, el papel de la Triple Diosa es más pronunciado pero no significa de ningún modo que sea más importante que el papel del Dios Padre.

Bendiciones!

LA DIOSA

La Diosa es la Madre Universal. Ella es la fuente de la fertilidad, de la sabiduría infinita y del amor.

Es representada en tres aspectos diferentes: la Doncella, la Madre y la Anciana, simbolizando las tres fases de la luna: creciente, llena y menguante.

Es al mismo tiempo el campo virgen, el campo con cosechas y el campo adormecido, cubierto por el hielo de la Tierra.

Ella da la luz a la abundancia. Sin embargo, como es ella misma la que lo da, también tiene derecho a quitarlo. Esto no es del todo malo, pues el ser humano, al morir o ante los problemas, se refugiará y descansará en sus brazos, o sea volverá a la Madre.

Ya que la Diosa es la Naturaleza, es al mismo tiempo la tempestad y la calma, el tornado y la lluvia fresca de primavera, la cuna y el túmulo. Pero pese a que ella posee las dos naturalezas, la Wicca la reverencia como aquella que colma de fertilidad, amor y abundancia. Y por supuesto que conocemos su lado oscuro también.

La vemos manifestada en la Luna, en el silencio de un bosque, en cada ola del mar y en cada césped verde de la primavera.

Muchos son los símbolos usados en Wicca para representarla y honrarla: el caldero, flores, especialmente flores de cinco pétalos, el espejo, collares, conchas del mar, perlas, agua, artículos de plata, etc.

Como ella domina la Tierra y la Luna, los animales bajo su protección son muchos: conejos, osos, búhos, gatos, perros, murciélagos, mariposas, vacas, delfines, leones, caballos, escorpiones, arañas, abejas, aves domésticas, etc. Para la Diosa todos los animales son sagrados.

Muchos la han retratado como la cazadora con sus perros de caza, la divinidad celestial llena del polvo brillante de las estrellas, la Madre Eterna con su niño, la hilandera de nuestra vida y muerte, como una hermosa mujer que surge de la espuma del mar, etc.

No importa como la enseñen, la Diosa es omnipresente, inmutable y eterna.

Bendiciones!

EL DIOS

Vemos al Dios en el Sol, brillante en el firmamento, naciendo y poniéndose todos los días, representando así el ciclo que gobierna nuestras vidas.

Sin el Sol, no habría vida. Por lo tanto es reverenciado como el portador de la fuerza, del calor que germina la semilla en la tierra y que derrite el hielo del suelo después del largo y frío invierno.

El Dios también es tierno con los animales salvajes. A veces es retratado como el “Dios con cuernos”, y es retratado en el imaginario humano con cuernitos como los de los ciervos, simbolizando así su conexión con los animales no domesticados.

Antaño, la caza era una de las actividades consideradas gobernada por el dios, mientras la domesticación y cuidado de los animalitos era de la Diosa.

Los dominios del Dios son las selvas y los bosques vírgenes de las manos humanas. También lo son los desiertos ardientes y las altas montañas.

El ciclo temprano del florecimiento, maduración y cosecha están asociados con el Sol. Del Dios es también la recompensa de los bienes conseguidos en el campo. Es el vino que sale de la uva, es el grano dorado en el campo, son las rojas manzanas colgadas en el árbol.

El Dios también gobierna y celebra el sexo. En Wicca la sexualidad no se esconde ni se reprime, se acepta como tal; y ya que trae placer, intimidad y complicidad y también perpetúa nuestra especia, es considerado sagrado. Y contrario a las creencias de otras religiones, la Wicca está lejos de orgías, sexo desenfrenado, sexo con el diablo, perversiones, etc. El sexo, ante todo, debe ser respetado. Debido a que en Wicca aceptamos que tenemos aspectos femeninos y masculinos, aunados a nuestro sexo genérico, respetamos la diversidad sexual.

Los símbolos utilizados para representar al Dios incluyen: espadas, cuernos, lanzas, velas, oro, diamantes, flechas, varitas mágicas, puñales, etc. Las criaturas sagradas para simbolizar al Dios son: el toro, serpiente, pez, dragón, lobo, águila, halcón, tiburón, lagarto, etc.

Está representado por el Sol, lo que conlleva todas sus cualidades: la fortaleza, el día, la luz, el trabajo, la voluntad, la razón, el fuego, la seguridad.

Tradicionalmente al Sol se le representa como una deidad fuerte y viril, siempre ha recibido los mejores atributos, pero en Wicca se suele reverenciar mayormente a la Diosa que al Dios, ya que es ella quien cumple con la mayor parte de la fecundación.

Su naturaleza es esencialmente terrenal. Se le representa mayor, tiene orejas y cuernos de ciervo y lleva un torque, especie de collar galo.

Está a menudo acompañado por una serpiente con cabeza de carnero. En una palangana de plata encontrada en Dinamarca, se le representa sentado, rodeado de un ciervo, dos toros, dos leones y dos lobos, mientras que no lejos de allí un niño cabalga un delfín.

Así, el Dios aparece como amo de los animales salvajes, terrestres y acuáticos. Sin duda manifiesta la fuerza, el poder y la perennidad, simbolizada por los ramajes que lo envuelven en la mayoría de las representaciones.

Bendiciones!