jueves, 24 de marzo de 2011

WICCANNING

El nacimiento dentro de un círculo Wicca es importante para los padres y para el hijo, pero sobre todo, para la madre, que le da la bienvenida a su bebé al nacer y lo presenta a los Dioses, ya que el nacimiento de un niño es considerado un regalo de ellos, los Dioses de la Fertilidad, y su nacimiento es un rito en sí mismo.


Darle a un bebé un ritual de bienvenida es pedir para él la bendición y los dones de la tierra y el cosmos.


Este rito no transforma al bebé en parte de religión alguna, pues eso lo decidirá él más tarde, y ya que Wicca no es una creencia impuesta, se le dará la opción de elegir su camino cuando crezca, simplemente en esta ceremonia se le da a conocer y se pide su protección.


En determinados círculos o covens están presentes en el momento del nacimiento el resto de los formantes del círculo, cantando, bailando, tocando tambores, o realizando cualquier otra actividad mágica alrededor de la madre que la ayude a dar a luz.


Cuando han pasado varios días después del nacimiento del bebé, y tanto la madre como el niño se han adaptado a su nueva situación, se realiza el rito conocido como Wiccanning, el cual consiste en presentar al bebé a los Dioses y al círculo o coven (cuando se pertenece a alguno).


Los wiccanning o bautizos mágicos son ceremonias que se llevan a cabo desde tiempos remotos. El objetivo es ofrecer a los niños pequeños un don, gracias al cual, estarán siempre protegidos e iluminados.


La madre será la encargada de elegir un nombre de poder para bautizar al pequeño o a la pequeña. ¿Por qué la madre? Porque es ella quien cargó durante todo el embarazo con el bebé en su vientre, aunque evidentemente si ella lo desea puede solicitar la opinión del padre.


Se pueden elegir nombres de personajes y Dioses mitológicos, de seres y criaturas mágicas como hadas o elfos, o de magos de la antigüedad, siempre que se tenga la certeza de que son deidades benéficas.


Dependiendo de la corriente y creencias que se siga, se puede también optar por algún nombre de ángel o arcángel, ya sea católico o cabalístico, tales como:


- Para niños nacidos en días pares: Ataliel, Ardefiel, Dirachiel, Uriel, Enediel, Geliel, Haniel.


- Para niños nacidos en días impares: Ratziel, Zedekiel, Kamael, Michael, Raphel, Tzaphiquiel, Cassiel.


Para realizar esta ceremonia se debe trabajar al atardecer, a la hora del crepúsculo, unos minutos antes de la caída del sol. Escoge un día de Luna Llena para este ritual. Los exteriores son mejores que el interior, aunque hay que tener cuidado en épocas frías o de lluvias.


Previamente, durante la noche anterior, se habrá dejado un recipiente de cristal con agua de lluvia, manantial o de mar, a la luz de la Luna, la cual durante la ceremonia, se colocará en el centro del altar.


La ceremonia comenzará preparando el altar, en el cual colocarás flores multicolores o margaritas (la flor tradicional de esta ceremonia) y frutas. También colocarás los regalos y herramientas mágicas que guardarás hasta que el niño crezca y decida seguir la senda de Wicca. Luego encenderás una vela blanca, una rosada y otra de color celeste.


Ya que el realizar esta ceremonia no asegura que el bebé decida seguir la religión Wicca, sería bueno regalarle algo para él y que lo pueda guardar y usar en cualquier momento de su vida sea cual sea su camino espiritual elegido (por ejemplo un collar especial, una reliquia de la familia, etc. son una buena elección).


Este ritual es simple y corto. Es excelente para realizarse en solitario, únicamente con el bebé, la madre y el padre de la criatura, incluso si no hay padre, este ritual es el ideal para madres solitas.


Sirve para que el universo y sus elementos reconozcan la llegada de una nueva vida.


Después de cerrar el círculo y de llamar a los elementales, el bebé será untado con un aceite suave de almendras y rosas, y se le dará su nombre.


El padre toma al niño en sus brazos y la madre humedece los dedos de la mano izquierda en el agua, mientras repite en voz alta:


"Te nombramos _______

y le pedimos a los Dioses que te llenen de gracia, amparo y alegría.


Que así esa, que así sea,

que así sea y así suceda."


Mientras haces esto, deja correr unas gotas de agua sobre la frente y la cabeza del bebé.


El padre toca el tercer ojo del niño con un poco del aceite y dice:


"Te nombramos _______

y te dedicamos una vida de paz y amor.


Que seas _______ (sabio, generoso, etc.)".


Después la madre pone una mano sobre la cabeza del niño y lo bendice:


"Madre y Padre, bendigan a _______

que es el mismo Dios (Diosa),

protéjanlo y denle una vida plena de alegría."


La madre sostiene al niño hacia el cielo, y dice:


“Madre del Cosmos, Gran espíritu en el Cielo,

contemplen a _______,

concebido y traído aquí por amor.


Bendíganlo y protéjanlo

y concédanle los regalos de la sabiduría, la inspiración y la maravilla (o cualquier otro don que prefieras)”.


El padre sostiene al niño hacia la tierra mientras dice:


“Mis saludos y respetos madre Tierra, padre Cazador,

este es nuestro hijo, nuestro amor, y nuestra joya.


Bendíganlo y protéjanlo,

y concédanle su fuerza, persistencia y tenacidad eternas.


Que sea siempre un buscador incansable de la verdad”.


Después de esto la madre y el padre repiten:


" _______ te reconocemos y te damos la bienvenida".


El bebé debe entonces ser presentado a los Dioses.


Esto puede ser hecho llevando al bebé a cada cuarto del círculo, o levantando al niño hacia el cielo con dirección a cada punto cardinal, diciendo:


"Elementos del universo

de los que todo está hecho

les ofrecemos el fruto de nuestro amor,

este es _______ ,

cuídenlo, y que siempre tenga su amor.


Vigilen por él a medida que crezca”.


La madre mueve al bebé a través del humo del incienso, mientras dice:


"Que los Dioses te sonrían siempre.


Que te guarden y te guíen a través de esta vida.


Que te ayuden a escoger el bien y evitar el mal.


Que te vigilen para que no sufras daño ni causes daño a los demás.


Dioses permítanme conducir a _______ por los caminos de la vida

y a enseñarle nuestro Arte,

y hablarle de ustedes

y de todas las cosas del universo”.


La madre inciensa al bebé diciendo:


“ _______ , este será tu nombre hasta que decidas tu camino.


Por la fuerza del elemento Aire,

símbolo de la fuerza de la vida,

de la inspiración mágica, de la tenacidad.


Que los guardianes del aire te guíen

y te concedan el don de la mente,

y la inteligencia necesaria

para preparar adecuadamente esta vida”.


El padre levanta la espada o el athame mientras dice:


“Este es el símbolo del Fuego y de la luz,

de la energía y el vigor,

de la magia de la sangre;

la fuerza que corre por nuestras venas,

el elemento del Padre.


Por el elemento fuego,

te purifico y te bendigo

para que sus guardianes guíen tu fuego interior

y te enseñen el gran don del dominio de la voluntad”.


El padre apunta al niño con el athame o la espada, mientras se concentra en la bendición. La madre levanta el cáliz o copa diciendo:


“Este es el símbolo del Agua,

el elemento del amor

y el crecimiento a todos los niveles,

de la fertilidad y de la sabiduría interior,

el símbolo de la Gran Madre”.


La madre con el cuenco de agua en sus manos, lo muestra al bebé, moja sus manos en él, y con las manos mojadas coge las del niño y sigue bendiciendo:


“Por la fuerza del Agua,

te purifico y te bendigo.


Que los guardianes del Agua

te muestren la fuerza del amor y del deseo,

y conozcas el poder fertilizador de este elemento”.


El padre sostiene el pentáculo con un poco de sal sobre él, y mientras lo muestra al niño dice:


“Éste es el símbolo del elemento Tierra.

El elemento de la Ley,

de la resistencia, el entendimiento y la firmeza.


En nombre los guardianes de la Tierra, te bendigo.

Que ellos te enseñen las leyes de la materia

y te hagan firme, resistente y tenaz”.


El padre tira la sal del pentáculo sobre el niño, y devuelve el pentáculo al altar. La madre se acerca con el athame o espada entre sus manos diciendo:


“¡Señores de los elementos!,

éste es _______ , hijo de _______ y de _______ ;

que ha sido presentado al universo

y a los hermanos de los otros planos.


Ayúdenle y protéjanle

hasta que sea capaz de seguir su propio camino.

Mientras nosotros, sus padres,

le instruiremos en todas las disciplinas

para que le sea más fácil cumplir su tarea en esta vida.


Y si cuando pase el tiempo,

_______ desea consagrarse

al servicio de la Diosa del Cosmos y su consorte el Dios Astado

que vaya hacia ellos, que lo esperarán con todo su amor.


Y tanto éste como ese día,

será un gran día para el universo.


Celebremos esta nueva amistad

con el gran rito de amor

que une a todos en el Universo”.


Sosténgan al niño(a) cerca del corazón de la madre hasta que ambos corazones latan juntos, mientras se abrazan los tres.


Las herramientas (una varita, un athame, un cristal) y los regalos se deben entonces bendecir y ser presentados al bebé; estas herramientas no son juguetes, está en los padres guardarlas en un lugar seguro hasta que el niño pueda utilizarlas.


Es bueno crear un cono de energía y enviarlo al cosmos como regalo y ofrenda por el futuro del niño.


A partir de ese momento, el nombre de poder funcionará como una palabra mágica para quien lo lleve.


Cuando se desee rezar, meditar o realizar un hechizo en favor del niño, se debe llamar por su nombre de poder, y no por su nombre real. Este nombre de poder es una herramienta mágica que nadie más que los padres del bebé deben conocer.


Los adultos también pueden realizar esta ceremonia de wiccanning eligiendo un padrino o madrina o en solitario.


Bendiciones!

TÉ DE HADA

3 cucharaditas de te negro, negro para fuerza
1 cucharadita de manzanilla, entonces la manzana de la noche
2 cucharaditas de raíz de diente de león, raíz crecida silvestre
1 cucharadita de flores de saúco, y de la Dama bendición
1 cucharadita de lúpulo, esperanza para ser feliz
2 cucharaditas de gordolobo, entonces entre los mundos
2 cucharaditas de hojas de frambuesa, maraña de zarzas y nudos de hadas
2 cucharaditas de escaramujo, besado con amor

Preparado para invitar a la gente pequeña a tomar el té.

Bendiciones