viernes, 24 de septiembre de 2010

PARA QUIENES AMO Y ME AMAN

Cuando haya partido, libérame, déjame ir,
tengo tantas cosas por ver y que hacer,
no te ates a mi con tus lágrimas,
sé feliz porque compartimos la vida.

Les di todo mi amor, ahora lo saben,
recuerden todas las cosas que compartimos,
las alegrías que vivimos.
Les agradezco el amor que me mostraron,
pero ahora es tiempo de continuar mi camino.

Te lamentarás y me extrañarás un tiempo,
pero después habrás de transformarlo en confianza,
es por sólo un momento que nos separamos,
¡bendice las memorias en tu corazón!

No estaré lejos, ya que la vida continúa,
si me necesitas, búscame y a ti vendré,
aunque te sea invisible, me sentirás cerca,
envolviéndote con mi amor y mi ternura.

Y cuando llegue el momento de tu partida,
al llegar al final de tu camino,
te esperaré con una sonrisa y te diré:
"Bienvenido a casa".

Bendiciones.

lunes, 20 de septiembre de 2010

ORACION POR LOS ANIMALITOS

Aunque esta es una oración católica, creo que vale la pena realizarla día con día, sin importar cuál sea la deidad que veneremos o en la que confiemos:

Señor y padre nuestro, creador de todas las cosas, tu creaste hasta las más pequeñas formas de vida de este planeta, tu nos diste un corazón para amar a todas tus creaturas y nos hiciste sensible a su dolor y a las injusticias que día a día los seres humanos cometemos en contra de ellos, es por ello que hoy acudo a ti con la esperanza de que en el transcurso de nuestra vida y al cumplir nuestra misión nos ayudes a conmover a los corazones que no sienten piedad por estas criaturas que no tienen la dicha de conocer el amor y la fidelidad incondicional de un perro, la silenciosa compañía de un gato, la entrañable fidelidad de un caballo o el esfuerzo y la tenacidad de un burrito.


Tu que en tu infinita misericordia nos amas con todos nuestros errores, te pedimos Señor por todos los animales que claman por un alivio a su hambre, a su sed y a su sufrimiento, por los atropellados que agonizan sin que nadie les preste ayuda, por los abandonados que tiemblan de frío y mueren de nostalgia, por los cachorritos que nacen y mueren en las calles sin que su mamá puedan hacer nada por salvarlos, por los que día a día mueren masacrados en los mataderos y en los centros de control animal sin que puedan encontrar en sus verdugos un rasgo de compasión, te pido por todos aquellos que sufren en silencio, que suplican piedad con su mirar y que son ignorados y considerados seres sin ningún valor, hoy aquí, ante ti yo me comprometo a luchar porque se escuche su voz, a ser su esperanza y su refugio, a curar sus heridas y a resarcir su confianza para que puedan ver que todo eso que tu creaste es bueno, incluso nosotros, los seres humanos.


A ti Señor te pido los recursos para ayudar cada día a más animales en desgracia y a sembrar este amor en el corazón de las personas y te pido perdón Señor, en el nombre de todos los seres humanos.


Señor, bendice a toda la gentes que se dedida a salvarlos y a darles una mejor vida. Gracias, Señor, porque existan todas estas personas tan buenas. Y gracias también a ellos por existir y por llevar a cabo esta lucha.


Amén.


Bendiciones.

martes, 27 de julio de 2010

CUPIDO Y PSYQUE

El mito del amor entre Cupido y Psique es una de las mejores historias de amor que existen. Posiblemente, es en este relato donde más podamos apreciar cómo muchos de los temas de los antiguos mitos han llegado a los cuentos de hadas populares. En el se pone de manifiesto la perseverancia de Cupido cuando se encuentra poseído por la pasión y la de Psique, quien ha de superar numerosos trabajos para lograr alcanzar la felicidad del amor.

Cupido, era la personificación del deseo amoroso intenso, con el que acabó confundiéndose.

Psique, bellísima doncella en la mitología, personifica el alma humana, es el símbolo del alma purificada por las pasiones y las desgracias, preparada para disfrutar, dentro del amor, de la felicidad eterna. Algunos autores le atribuyen una hija con Cupido: la Voluptuosidad.

La historia dice así…

Había un vez, un rey, padre de tres hijas espléndidas. La más joven, Psique, era mucho más hermosa que sus dos hermanas y al lado de ellas parecía una diosa entre simples mortales. La fama de su hermosura se extendió por toda la tierra y de todas partes los hombres se ponían en camino para admirarla con rendida adoración y prestarle pleitesía, como si de una inmortal se tratara. Se llegó a decir incluso que la misma Venus no podía rivalizar con ella. Y cuantos más y más se presentaban ante ella, menos se acordaban de Venus. Los templos de la diosa estaban abandonados, sus altares cubiertos de frías cenizas y las ciudades consagradas a la diosa se convertían en ruinas. Todos los honores reservados hasta entonces se le tributaban a una simple muchacha, destinada a morir en día no lejano.

La diosa no podía aceptar semejante situación, y como siempre que se encontraba en apuros, requirió ayuda de su hijo, que unos llaman Cupido y otros Amor, y contra cuyas flechas no existe protección en el cielo ni en la tierra. Le contó sus cuitas, y, como siempre, se prestó a obedecer sus órdenes. "Usa tu poder - le dijo ella - y haz que esta pequeña desvergonzada se enamore locamente de la más vil y despreciable criatura que haya en el mundo". Él lo habría hecho ciertamente si Venus, olvidando en el furor de sus celos que aquella belleza podría ilusionar al mismo dios del Amor, no le hubiera mostrado antes a Psique. Cuando la hubo visto, el mismo Cupido se sintió con el corazón traspasado por una de sus flechas. Nada dijo a su madre; la verdad es que no tenía fuerzas para proferir una sola palabra y Venus se marchó convencida de que la suerte de Psique estaba echada.

Las cosas, sin embargo, ocurrieron de distinta manera a como ella creía. Psique no pensó nunca enamorarse de un malvado; en efecto, no se enamoró de nadie y, más extraño todavía, nadie se enamoró de ella. Los hombres seguían satisfechos en su contemplación, admirándola, adorándola, después pasaban de largo y desposaban a otra. Sus dos hermanas, aun siendo infinitamente menos seductoras, habían celebrado dos espléndidas bodas, cada una con un rey. Psique, la mas hermosa, triste y solitaria, admirada siempre, pero jamás amada. Le parecía que ningún hombre la querría por esposa y ello causaba gran inquietud a sus progenitores. Su padre intentó hallar a través del oráculo de Delfos un buen marido para Psique. El dios consintió en responder, pero su profecía fue terrible. Apolo decretó que Psique, vestida con negros crespones, debía ser llevada a la cumbre de una colina y permanecer allí sola; el marido que le sería destinado, una serpiente alada, terrible y más poderosa que los mismos dioses, llegaría hasta ella y la haría su esposa...

No se puede imaginar el desespero que se apoderó de aquellos a quienes el padre de Psique contó tan triste noticia. Se preparó a la joven como para sus funerales, y con mas lamentos que si se tratara de conducirla a la tumba la llevaron a la colina. Solo Psique permanecía animosa y decidida. "Mas que llorar por mi -les dijo- debéis hacerlo por esta belleza que me ha granjeado la envidia del cielo. Marchad ahora, y sabed que deseo que pronto llegue el final". Desesperados partieron todos, abandonando a su destino a la radiante y desventurada muchacha y se encerraron en su palacio para llorar por ella el resto de sus días.

Sobre la colina, y en medio de la oscuridad, Psique permaneció sentada a la espera. Mientras temblaba y lloraba, en la calmada noche llegó hasta ella una ligera brisa, el dulce viento de Céfiro, el más suave de los vientos. Sintió que se elevaba. Se deslizó de piés por el aire sobre la colina rocosa hasta una pradera mullida como un lecho y perfumada por las flores. El hizo lo posible para que olvidara sus penas y la durmió. Despertó después a orillas de un claro arroyo a cuya vera se elevaba un castillo imponente y magnífico. Parecía destinado a un dios, con sus columnas de oro, muros de plata y suelos incrustados de piedras preciosas. Reinaba un silencio absoluto. Su interior parecía desierto y Psique se acercó cautelosa y atemorizada a la vista de tanto esplendor. Permaneció recelosa en el umbral cuando percibió unos ruidos; no veía a nadie, pero oía las palabras con claridad: "La casa es para ti -le decían-. Entra sin miedo y báñate, refréscate; en seguida se pondrá en tu honor la mesa del banquete".

Nunca había tomado un baño tan delicioso ni probado platos tan agradables. Mientras comía, escuchó a su alrededor una dulce música, como un arpa que acompañaba a un numeroso coro. La oía pero tampoco la veía. Todo el día estuvo sola, acompañada únicamente por las voces que escuchaba. Pero sin podérselo explicar presentía que su marido vendría al caer la noche. Y así fue. Cuando le sintió cerca de sí y escuchó su voz que murmuraba dulcemente a su oído, desaparecieron sus temores. Sin verle siquiera, estaba cierta que no era un monstruo ni tenia forma espantosa sino que era el amante esposo que tanto tiempo había deseado.

Aunque esta presencia mediatizada no podía satisfacerla plenamente, sin embargo se encontraba feliz y el tiempo transcurría rápido para ella. Pero una noche, su querido e invisible esposo le habló muy seriamente y le advirtió que un gran peligro le amenazaba bajo la forma de sus dos hermanas. "Vuelven a la colina de donde has desaparecido para llorar por ti -le dijo-. Pero no es conveniente que te descubran. Si lo hacen me causarás una pena inmensa y te destruirás a ti misma". Prometió no dejarse ver y pasó todo el día siguiente llorando, pensando en sus hermanas y en la prohibición que tenía de no consolarlas. Pero lloró todavía más cuando volvió su marido y ni siquiera las caricias que él le prodigó pudieron secar sus lágrimas. Al fin, con gran disgusto, él cedió: "Haz lo que quieras -dijo- pero, te lo repito, estas buscando tu ruina, tu propia destrucción". Después, solemnemente, le explicó que no se dejara persuadir por nadie para que intentara verle, pues quedaría separada de él para siempre. Psique obedeció entre protestas, pues prefería morir cien veces que vivir sin el. "Pero otórgame la alegría de ver a mis hermanas" le suplicó ella. Tristemente, él se lo concedió.

Al día siguiente, llevadas por Céfiro, las dos hermanas descendieron de la montaña. Alegre, con el corazón palpitante de emoción, Psique las esperaba; su alegría era muy grande. Transcurrió largo rato antes de que las tres lograran hablarse; su alegría era muy grande y solo pudieron expresarse en suspiros. Por fin entraron en el palacio y las dos hermanas mayores revolvieron todos los magníficos tesoros. En un opulento festín escucharon maravillosa música. Y la envidia, la amarga envida y una curiosidad devoradora se apoderaron de ellas. ¿quién era el dueño de tal magnificencia? ¿quién era el esposo de su hermana? Querían saberlo pero Psique, que mantenía su palabra, solo les dijo que su marido era un hombre joven que estaba participando en una cacería. Después, les llenó las manos de oro y joyas y pidió a Céfiro que las devolviera a la colina. Dejaron a Psique, pero el fuego de los celos quemaba sus corazones. Comparadas con Psique, las riquezas propias y su felicidad les parecían nada, y su envidiosa cólera creció tanto en ellas que llegaron a tramar juntas la perdición de su hermana.

Aquella noche, el esposo de Psique le advirtió una vez mas que no volviera a ver a sus hermanas. Pero ella replicó que no podía dejar de verlas. ¿Tenia que prohibirle ver a sus hermanas a quienes tanto amaba? El cedió de nuevo y en seguida las dos ruines hermanas llegaron. Traían planes muy concretos. Las palabras vacilantes de su hermana y sus contradictorias respuestas, cuando le pidieron que describiera a su marido, avivaron su curiosidad. Estaban convencidas de que, no solo Psique no lo había visto todavía, sino que incluso ignoraba su identidad. No le expusieron sus sospechas, pero le reprocharon por disimular tan triste situación a sus hermanas. Ellas lo habían comprendido, le dijeron, y estaban seguras de que su marido no era un hombre, sino mas bien la horrenda serpiente profetizada por el oráculo de Apolo. El de momento se mostraba dulce, pero llegaría una noche en que se arrojaría sobre ella para devorarla.

Psique, consternada, sentía que el terror invadía su corazón e iba matando poco a poco su amor. Muchas veces se preguntaba por qué él no le permitía verle, y sospechaba que debía tener para ello alguna poderosa razón, ¿Qué sabia de él en realidad? Si no era tan horrible, ¿por qué tenía la crueldad de ocultarse a su vista? Triste, temblorosa y balbuceante, dio a entender a sus hermanas que no podía negar lo que le decían, pues hasta aquel momento su marido no la había poseído sino en la mas profunda oscuridad. "Debe ocultar algo horrible para que tema tanto la luz del día" dijo ella sollozando, y les pidió consejo.

Ellas lo tenían ya todo previsto, pues lo prepararon con antelación. Psique debía ocultar un cuchillo bien afilado y una lámpara al lado de su lecho. Cuando su marido estuviera profundamente dormido, ella se levantaría, encendería la lámpara y empuñando el cuchillo, lo clavaría en la figura horrible que la luz le descubriera.

La dejaron abrumada por la duda y fuera de si, sin saber qué partido tomar. Ella le amaba y él era su amante esposo... Durante todo el día sus pensamientos luchaban dentro de ella. Cuando llegó la noche, había abandonado la lucha. Estaba decidida a matarlo...

Cuando él se durmió apaciblemente, ella se revistió de valor y encendió la lámpara. Caminando sobre las puntas de los pies se acercó al lecho y, elevando la luz, contempló lo que tenía ante sus ojos. ¡Oh, su corazón sintió un profundo alivio y el más sublimado éxtasis! La luz no le hizo ver un monstruo, sino la más bella de las criaturas. Invadida por la vergüenza de su locura y por su poca confianza, Psique se hincó de rodillas y si el cuchillo no hubiera caído de sus manos temblorosas lo habría clavado en el propio pecho. Pero mientras se hallaba reclinada sobre él, contemplando tan gran belleza, una gota de aceite cayó de la lámpara en la espalda de aquel bello joven. Se despertó sobresaltado, vio la luz y comprendió la desconfianza de Psique, y sin pronunciar palabra se marchó.

Psique corrió tras él. No podía verle, pero oía su voz que le hablaba. Le dio a conocer su nombre y con tristeza le dijo adiós: "El Amor no puede vivir sin confianza" y con esas últimas palabras la abandonó. "El dios del amor" pensó ella "era mi esposo, y yo, miserable, no tuve fe en su palabra. ¿Se ha marchado para siempre?. De todas maneras -pensó ella llena de coraje- puedo pasar el resto de mi vida buscándolo. Si él no quiere ya amarme, yo sabré demostrarle mi amor". Y se puso en camino sin rumbo fijo; solo sabía una cosa: que jamás renunciaría a volverle a encontrar.

Entretanto, él fue a reunirse con su madre para pedirle que curara su herida, pero cuando Venus supo su historia y comprendió lo que Psique había pretendido, llena de cólera le dejó solo con su tristeza. Marchó en busca de la muchacha por cuya causa había sentido celos mortales. Venus estaba decidida a demostrar a Psique lo que cuesta escapar de la ira de una diosa.

La pobre Psique, en su desolado vagabundear, intentaba reconciliarse con los dioses. Les dirigía continuas y ardientes suplicas, pero ninguno de ellos quería granjearse la enemistad de Venus. Psique comprendió al fin que los dioses no le ofrecían esperanza alguna y tomó una rápida decisión. Se dirigiría a Venus, se ofrecería a servirla e intentaría apaciguar su cólera. "Y quién sabe -se dijo- quién sabe si él no estará en casa de su madre". Y se puso en camino para encontrar a la diosa, quien a su vez andaba buscándola.

Cuando las dos se encontraron, Venus se echó a reír y le dijo con desprecio si buscaba un marido, el que había tenido y que rehusaba verla después que escapó de la muerte a causa de las quemaduras que ella le causara. "Pero en verdad -dijo la diosa- eres tan descarada y te preocupas tan poco de tu aspecto que jamás encontraras un enamorado. Para darte pruebas de mi buena voluntad voy a enseñarte cómo hacerlo". Pidió gran cantidad de semillas de las mas pequeñas, trigo, amapolas, mijo y otras, y las mezcló en un solo montón. "Por tu propio interés, procura que todas estén separadas para esta tarde" dijo la diosa. Y tras estas palabras se fue.

Psique quedo sola y, sentada, contempló el montón de semillas. No cabía en su cabeza la crueldad de esta orden que la desorientaba. además, le parecía inútil ponerse a realizar un trabajo de tan difícil ejecución. Pero ella, que jamás despertó compasión de nadie en el mundo de los mortales ni de los inmortales, en esta penosa situación suscitó la piedad de las más pequeñas de las criaturas, las hormigas. "Venid, compadeceos de esta pobre criatura, ayudémosla pronto" se decían unas a otras. Todas respondieron a este llamamiento; vinieron en masa y trabajaron afanosamente separando y amontonando, y lo que fue un montón informe se convirtió en una serie de montoncillos bien ordenados, compuestos cada uno por una variedad de semilla. Así lo encontró Venus a su regreso, y al verlo se puso furiosa. "Aun no has terminado tu trabajo", le dijo. dio un mendrugo de pan a Psique y le ordenó dormir en el suelo, mientras ella se tendía en su lecho blando y perfumado.

Si la podía obligar por largo tiempo a un trabajo duro y penoso, e incluso hacerle pasar hambre, la belleza odiosa de esta muchacha no lo podría resistir. Entretanto, impediría que su hijo abandonara la habitación donde todavía se encontraba, sufriendo a causa de su herida. Venus se sentía satisfecha por el cariz que tomaban los acontecimientos

A la mañana siguiente se le ocurrió un nuevo trabajo para Psique, una faena peligrosa. "Abajo, en la orilla del río, donde crecen unos espesos zarzales, se encuentran corderos que tienen el vellocino de oro. Ve y tráeme un poco de su brillante lana". Cuando la joven, extenuada, llegó junto a la corriente de agua, intentó lanzarse en ella y terminar asi sus penas. Pero al inclinarse oyó una débil voz que parecía salir del suelo. Bajó los ojos y notó que la voz provenía del rosal. Le decían que no debía ahogarse, pues las cosas no se le presentaban mal. Los corderos estaban muy nerviosos y alborotados, pero si Psique esperaba un momento en que por la tarde salían de sus rediles para descansar y abrevar a la orilla del riachuelo, solo tendría que entrar en los corrales y recoger los copos de lana enganchados en las zarzas.

Así habló el dulce y gentil rosal, y Psique siguiendo su consejo recogió gran cantidad de hilos de oro para su cruel dueña. Venus la recibió con helada sonrisa. "Alguien te ha ayudado -le increpó bruscamente- tu sola no lo habrías podido realizar. Te voy a dar otra ocasión de probar que tienes el corazón tan decidido como aparentas. ¿Ves aquella agua tan negra que desciende de la colina? Es el nacimiento del río terrible y aborrecido, el Estige. Llena este frasco". Era la prueba más dura que le habían impuesto. Psique se dio cuenta al llegar a la cascada. Las rocas que la rodeaban eran escarpadas y deslizantes; el agua se precipitaba por lugares tan abruptos que solo una criatura alada podía aproximarse. Y efectivamente, un águila la ayudó. Planeaba con sus enormes alas por los alrededores cuando vio a Psique y se compadeció de ella. Con su pico le arrebató el frasco de sus manos, lo llenó de agua negra y se lo devolvió.

Pero Venus se dio cuenta. Todo lo que ocurría la incitaba a pruebas más difíciles. dio una caja a Psique con la consigna de llevarla al hades y rogar a Proserpina, reina del mundo subterráneo, que metiera en ella un poco de su belleza. Psique debía insistir sin desmayos y hacer comprender a Proserpina que Venus padecía necesidad urgente, pues estaba ajada y agotada de atender a su hijo enfermo. Obediente como siempre, Psique se fue a buscar el camino que conducía al Hades. Cuando pasaba ante una torre, ésta se ofreció a guiarla y le señaló el rumbo que la llevaría al palacio de Proserpina: debía pasar primero por un gran agujero que había en tierra y después por el río de la muerte donde debía entregar una moneda al barquero Caronte para que la transportara a la otra orilla. Allí el camino descendía recto al palacio. Cancerbero, el perro de tres cabezas, guardaba las puertas, pero si ella le ofrecía un dulce se amansaría y le permitiría entrar.

Todo ocurrió como la torre anunció. Proserpina no deseaba más que servir a Venus; Psique, muy animada, tomó la caja y volvió más rápida que había ido.

Llevada por la curiosidad, y más todavía por su vanidad, quiso ver el encanto que la caja contenía y, a poder ser, usar un poco en ella misma. Al igual que Venus, sabía que su belleza estaba resentida por los sufrimientos y no le abandonaba un instante la idea de recobrar a Cupido. ¡Ojalá otra vez pudiera volverse más bella para él! Incapaz de resistir la tentación, abrió la caja y con gran desencanto no encontró nada; estaba vacía. Entonces un decaimiento mortal se apoderó de ella y cayó en un profundo sueño.

En este crítico momento intervino el dios del Amor. La herida de Cupido ya había curado y deseaba ardientemente encontrar de nuevo a Psique. Es difícil contener el amor. Venus había cerrado las puertas, pero quedaban las ventanas. Nada más fácil para Cupido que escapar por una de ellas y buscar a su esposa. En un momento arrancó el sueño de los ojos de Psique y lo encerró en la caja. Después despertó a su mujer con un beso. La riñó un poco por su curiosidad, le dijo que llevara a su madre la caja de Proserpina y le aseguró que todo en adelante tendría un feliz desenlace.

Mientras Psique se apresuraba a obedecer, el dios del Amor se marchó al Olimpo. Quería asegurarse de que Venus no le pondría mas dificultades y planteó el caso ante Júpiter. El padre de los dioses y de los hombres consintió enseguida en todo lo que Cupido le pedía. Convocó a los dioses y les anunció (a Venus y a los demás) que Cupido y Psique estaban oficialmente casados y propuso conceder la inmortalidad a la esposa. Mercurio elevó a Psique hasta el cielo y la depositó en el palacio de los dioses. El mismo Júpiter le hizo gustar la ambrosía que le otorgaba la inmortalidad. Esto, naturalmente, cambiaba la situación. Venus no podía ya censurar a la diosa que había llegado a ser su bella nuera. Se imponía una alianza y así pensó que Psique, viviendo en el cielo con su marido, le faltaría tiempo para bajar a la tierra, acaparar la atención de los hombres e inmiscuirse en su culto.

Todo terminó felizmente. El Amor y el Alma (que es lo que significa Psique en griego) se buscaron y tras duras pruebas se encontraron. Y esta unión no debía romperse jamás.

Bendiciones!!!

miércoles, 26 de mayo de 2010

MERLIN EL MAGO

¿Quién era realmente Merlín? ¿Mago, druida, bardo, profeta, sabio, adivino...? ¿Mito o realidad? He llegado a la conclusión de que es imposible saberlo, tal es la información que hay sobre este enigmático personaje, pieza fundamental en el mito artúrico, y en el que se mezclan de manera inseparable leyenda, historia, mitología y literatura.


Sobre su nacimiento encontramos numerosas leyendas: según algunas, Merlín fue engendrado en la unión de un íncubo con una sacerdotisa virgen con el objetivo de traer el mal y la oscuridad al mundo. Pero se dice que la extrema bondad de la madre fue trasmitida a su hijo, que nada más nacer ya tenía la capacidad de hablar, razonar y predecir el futuro.


Siendo un niño, fue perseguido por el rey Vortiger de Bretaña, ya que los adivinos de palacio habían profetizado que el trono correría peligro por culpa de un niño sin padre. Merlín fue llevado ante el rey y según la leyenda, reveló la existencia de dos serpientes en un lago subterráneo de palacio (en otra versión son dos dragones). Los soldados del rey comprobaron que efectivamente era cierto, eran dos serpientes, una roja y otra blanca, que lucharon entre ellas hasta que la primera dominó a la segunda. Fue entonces cuando Merlín predijo que la serpiente roja simbolizaba al pueblo bretón mientras que la blanca representaba al rey apoyado por los sajones. Esta fue su primera profecía, que posteriormente se cumplió.


No sólo tenía la capacidad de presagiar el futuro. Además era capaz de hablar con los animales e interpretar sus señales, ver y contactar con seres mágicos como gnomos o hadas, cambiar de forma o volverse invisible y controlar los poderes de la naturaleza. Por su sabiduría fue consejero, guía espiritual y adivino de grandes reyes, entre ellos del rey Arturo de Camelot.

El final de Merlín está ligado al desamor, el mago se enamoró perdidamente de la hechicera Viviana, también conocida como la Dama del Lago, que aprovechó esta pasión amorosa para sonsacarle poco a poco todos sus secretos e instruirse en sus artes mágicas, para finalmente deshacerse de él encerrándole para siempre en la llamada "Torre del Aire", en la que permanecería durante toda la eternidad. Otras versiones ubican esta prisión eterna en un árbol, en una cueva, en el fondo del lago o en una jaula de cristal. La leyenda dice que de esta manera escapó a la muerte.

Bendiciones!

LA SIRENITA DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN

En el fondo del más azul de los océanos había un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey del Mar, un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas, junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas.


La Sirenita, la más joven, además de ser la más bella poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharla, las conchas se abrían, mostrando sus perlas, y las medusas al oírla dejaban de flotar.

La pequeña sirena casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las aguas profundas.

—¡Oh! ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es tan bonito, y escuchar la voz de los hombres y oler el perfume de las flores!

—Todavía eres demasiado joven —respondió la abuela—. Dentro de unos años, cuando tengas quince, el rey te dará permiso para subir a la superficie, como a tus hermanas.

La Sirenita soñaba con el mundo de los hombres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanas, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie. En este tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su maravilloso jardín adornado con flores marítimas. Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaban para jugar con ella; únicamente las estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamada.

Por fin llegó el cumpleaños tan esperado y, durante toda la noche precedente, no consiguió dormir. A la mañana siguiente el padre la llamó y, al acariciarle sus largos y rubios cabellos, vio esculpida en su hombro una hermosísima flor.

—¡Bien, ya puedes salir a respirar el aire y ver el cielo! ¡Pero recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo! Somos hijos del mar y no tenemos alma como los hombres. Sé prudente y no te acerques a ellos. ¡Sólo te traerían desgracias!

Apenas su padre terminó de hablar, La Sirenita le di un beso y se dirigió hacia la superficie, deslizándose ligera. Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarla. De repente emergió del agua. ¡Qué fascinante! Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centelleantes al anochecer. El Sol, que ya se había puesto en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que se diluía lentamente. Las gaviotas revoloteaban por encima de La Sirenita y dejaban oír sus alegres graznidos de bienvenida.

—¡Qué hermoso es todo! —exclamó feliz, dando palmadas.

Pero su asombro y admiración aumentaron todavía: una nave se acercaba despacio al escollo donde estaba La Sirenita. Los marinos echaron el ancla, y la nave, así amarrada, se balanceó sobre la superficie del mar en calma. La Sirenita escuchaba sus voces y comentarios. «¡Cómo me gustaría hablar con ellos!», pensó. Pero al decirlo, miró su larga cola cimbreante, que tenía en lugar de piernas, y se sintió acongojada: «¡Jamás seré como ellos!».

A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: «¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!». La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió el corazón.

La fiesta seguía a bordo, pero el mar se encrespaba cada vez más. La Sirenita se dio cuenta enseguida del peligro que corrían aquellos hombres: un viento helado y repentino agitó las olas, el cielo entintado de negro se desgarró con relámpagos amenazantes y una terrible borrasca sorprendió a la nave desprevenida.

—¡Cuidado! ¡El mar...! —en vano la Sirenita gritó y gritó.

Pero sus gritos, silenciados por el rumor del viento, no fueron oídos, y las olas, cada vez más altas, sacudieron con fuerza la nave. Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura y las velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor el barco se hundió. La Sirenita, que momentos antes había visto cómo el joven capitán caía al mar, se puso a nadar para socorrerlo. Lo buscó inútilmente durante mucho rato entre las olas gigantescas. Había casi renunciado, cuando de improviso, milagrosamente, lo vio sobre la cresta blanca de una ola cercana y, de golpe, lo tuvo en sus brazos.

El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.

Hasta que un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a buscar refugio en el mar.

—¡Corran! ¡Corran! —gritaba una dama de forma atolondrada—. ¡Hay un hombre en la playa! ¡Está vivo! ¡Pobrecito...! ¡Ha sido la tormenta...! ¡Llevémoslo al castillo! ¡No! ¡No! Es mejor pedir ayuda...

La primera cosa que vio el joven al recobrar el conocimiento, fue el hermoso semblante de la más joven de las tres damas.

—¡Gracias por haberme salvado! —le susurró a la bella desconocida.

La Sirenita, desde el agua, vio que el hombre al que había salvado se dirigía hacia el castillo, ignorante de que fuese ella, y no la otra, quien lo había salvado.

Pausadamente nadó hacia el mar abierto; sabía que, en aquella playa, detrás suyo, había dejado algo de lo que nunca hubiera querido separarse. ¡Oh! ¡Qué maravillosas habían sido las horas transcurridas durante la tormenta teniendo al joven entre sus brazos!

Cuando llegó a la mansión paterna, la Sirenita empezó su relato, pero de pronto sintió un nudo en la garganta y, echándose a llorar, se refugió en su habitación. Días y más días permaneció encerrada sin querer ver a nadie, rehusando incluso hasta los alimentos. Sabía que su amor por el joven capitán era un amor sin esperanza, porque ella, la Sirenita, nunca podría casarse con un hombre.

Sólo la Hechicera de los Abismos podía socorrerla. Pero, ¿a qué precio? A pesar de todo decidió consultarla.


—¡... por consiguiente, quieres deshacerte de tu cola de pez! Y supongo que querrás dos piernas. ¡De acuerdo! Pero deberás sufrir atrozmente y, cada vez que pongas los pies en el suelo, sentirás un terrible dolor.

—¡No me importa —respondió la Sirenita con lágrimas en los ojos— a condición de que pueda volver con él!

—¡No he terminado todavía! —dijo la vieja—. ¡Deberás darme tu hermosa voz y te quedarás muda para siempre! Pero recuerda: si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola.

—¡Acepto! —dijo por último la Sirenita y, sin dudar un instante, le pidió el frasco que contenía la poción prodigiosa. Se dirigió a la playa y, en las proximidades de su mansión, emergió a la superficie; se arrastró a duras penas por la orilla y se bebió la pócima de la hechicera.

Inmediatamente, un fuerte dolor le hizo perder el conocimiento y cuando volvió en sí, vio a su lado, como entre brumas, aquel semblante tan querido sonriéndole. El príncipe allí la encontró y, recordando que también él fue un náufrago, cubrió tiernamente con su capa aquel cuerpo que el mar había traído.

—No temas —le dijo de repente—. Estás a salvo. ¿De dónde vienes?

Pero la Sirenita, a la que la bruja dejó muda, no pudo responderle.

—Te llevaré al castillo y te curaré.

Durante los días siguientes, para la Sirenita empezó una nueva vida: llevaba maravillosos vestidos y acompañaba al príncipe en sus paseos. Una noche fue invitada al baile que daba la corte, pero tal y como había predicho la bruja, cada paso, cada movimiento de las piernas le producía atroces dolores como premio a poder vivir junto a su amado. Aunque no pudiese responder con palabras a las atenciones del príncipe, éste le tenía afecto y la colmaba de gentilezas. Sin embargo, el joven tenía en su corazón a la desconocida dama que había visto cuando fue rescatado después del naufragio.

Desde entonces no la había visto más porque, después de ser salvado, la desconocida dama tuvo que partir de inmediato a su país. Cuando estaba con La Sirenita, el príncipe le profesaba a ésta un sincero afecto, pero no desaparecía la otra de su pensamiento. Y la pequeña sirena, que se daba cuenta de que no era ella la predilecta del joven, sufría aún más. Por las noches, La Sirenita dejaba a escondidas el castillo para ir a llorar junto a la playa.

Pero el destino le reservaba otra sorpresa. Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirla acompañado de La Sirenita.

La desconocida que el príncipe llevaba en el corazón bajó del barco y, al verla, el joven corrió feliz a su encuentro. La Sirenita, petrificada, sintió un agudo dolor en el corazón. En aquel momento supo que perdería a su príncipe para siempre. La desconocida dama fue pedida en matrimonio por el príncipe enamorado, y la dama lo aceptó con agrado, puesto que ella también estaba enamorada. Al cabo de unos días de celebrarse la boda, los esposos fueron invitados a hacer un viaje por mar en la gran nave que estaba amarrada todavía en el puerto. La Sirenita también subió a bordo con ellos, y el viaje dio comienzo.

Al caer la noche, La Sirenita, angustiada por haber perdido para siempre a su amado, subió a cubierta. Recordando la profecía de la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar. Procedente del mar, escuchó la llamada de sus hermanas:

—¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas! ¡Mira! ¿Ves este puñal? Es un puñal mágico que hemos obtenido de la bruja a cambio de nuestros cabellos. ¡Tómalo y, antes de que amanezca, mata al príncipe! Si lo haces, podrás volver a ser una sirenita como antes y olvidarás todas tus penas.

Como en un sueño, La Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Mas cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.

Cuando el Sol despuntaba en el horizonte, lanzó un rayo amarillento sobre el mar y, La Sirenita, desde las aguas heladas, se volvió para ver la luz por última vez. Pero de improviso, como por encanto, una fuerza misteriosa la arrancó del agua y la transportó hacia lo más alto del cielo. Las nubes se teñían de rosa y el mar rugía con la primera brisa de la mañana, cuando la pequeña sirena oyó cuchichear en medio de un sonido de campanillas:

—¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!

—¿Quiénes son? —murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz—. ¿Dónde están?

—Estás con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento. No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos.

La Sirenita, conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le susurraban:

—¡Fíjate! Las flores de la tierra esperan que nuestras lágrimas se transformen en rocío de la mañana. ¡Ven con nosotras! Volemos hacia los países cálidos, donde el aire mata a los hombres, para llevar ahí un viento fresco. Por donde pasemos llevaremos socorros y consuelos, y cuando hayamos hecho el bien durante trescientos años, recibiremos un alma inmortal y podremos participar de la eterna felicidad de los hombres —le decían.

—¡Tú has hecho con tu corazón los mismos esfuerzos que nosotras, has sufrido y salido victoriosa de tus pruebas y te has elevado hasta el mundo de los espíritus del aire, donde no depende más que de ti conquistar un alma inmortal por tus buenas acciones! —le dijeron.

Y La Sirenita, levantando los brazos al cielo, lloró por primera vez.

Oyéronse de nuevo en el buque los cantos de alegría: vio al Príncipe y a su linda esposa mirar con melancolía la espuma juguetona de las olas. La Sirenita, en estado invisible, abrazó a la esposa del Príncipe, envió una sonrisa al esposo, y enseguida subió con las demás hijas del viento envuelta en una nube color de rosa que se elevó hasta el cielo.

P. D. Cómo quisiera al final de esta vida reencarnar en una ninfa del viento.


Bendiciones!

miércoles, 7 de abril de 2010

LOS TUATHA DE DANNAN

Hubo un tiempo, hace miles de años, en que el mundo era uno y todas las manifestaciones de la naturaleza vivían en paz y en armonía, la Tierra no era de nadie y la magia se encontraba libre.

En ese tiempo existió un pueblo de inmortales, descendientes directos de la Diosa Madre Dana y de su consorte, el Dios Padre Bilé, los cuales eran llamados la Tribu de Dannan.

Ellos fueron los herederos de los secretos del Universo, y estaban encargados de transmitir las enseñanzas de la magia de la naturaleza.

Provenían de cuatro grandes ciudades situadas en las cuatro esquinas del mundo, de las cuales trajeron un tesoro.

De Gorias, al Este, trajeron la lanza infalible; de Finias, al Sur, trajeron la espada invencible; de Murias, al Oeste, trajeron el cáliz de la abundancia; y Falias, al Norte, trajeron la piedra del destino.

Estos cuatro obsequios habían sido confeccionados en el Reino del Sidhe por las hadas y espíritus mágicos de la naturaleza como llaves de poder, por lo que poseían el don de abrir las puertas de la magia de la naturaleza.

Los druidas y druidesas, que eran los magos y hechiceras celtas, recibieron las enseñanzas de los Tuatha de Dannan y del Sidhe acerca de cómo trabajar con la magia de la naturaleza a cambio de transmitir este conocimiento a todos los hombres del viejo mundo.

Los druidas y druidesas interesados en preservar el conocimiento, difundieron las prácticas espirituales de la reverencia a la naturaleza; pero con temor de que los hombres no entendieran el mensaje de las hadas y los dioses, decidieron hacerlo sólo en forma de cuentos y canciones que contenían la información sagrada que les había sido revelada; esto evitaría que corazones impuros utilizaran inadecuadamente la magia y así fue como sólo los preparados para oír el mensaje pudieron escucharlo.

Pero el tiempo pasó, y pese a todos los esfuerzos de las sacerdotisas y los magos, llegó el día en que los hombres envenenaron su corazón con codicia y surgió la envidia de querer poseer la tierra y su magia.

La sed de un poder descontrolado había surgido en el viejo mundo y así comenzó la guerra. Algunos clanes decidieron conquistar a los de Dannan y robar las llaves mágicas, no deseaban acabar con ellos, ya que los admiraban por sus conocimientos, pero habían decidido que un clan de magos y estudiosos no podía custodiar tal poder y se lanzaron a luchar una ardua batalla contra los Tuatha de Dannan.

Tristes por los actos de los hombres, decidieron terminar la batalla utilizando sus poderes de invisibilidad y se marcharon a vivir al Sidhe, el mundo de los espíritus de la naturaleza, para jamás volver.

Los reinos se separaron y comenzaron a vivir en planos dimensionales distintos; pero al dividirse la tierra, también se dividió el poder y los conocimientos; así fue como la magia de la naturaleza quedó protegida y oculta de los hombres.

Las hadas guardaron nuevamente las cuatro llaves que abrían las puertas que custodiaban a esta magia hasta que los hombres estuvieran dispuestos a recuperar el legado de la Madre Naturaleza que habían perdido, esperando el momento en que pudieran volver a respetar a todas las manifestaciones de la creación y amarse como hermanos unos a otros.

Bendiciones!

viernes, 5 de marzo de 2010

OSTARA. EQUINOCCIO DE PRIMAVERA

El joven Dios Sol celebra una boda sagrada con la joven Diosa Doncella, quien concibe. En nueve meses, ella volverá hacer la Gran Madre. Es el tiempo de gran fertilidad, crecimiento y de animales acabados de nacer.

Este tiempo es sagrado para Eostre, el Dios Lunar Sajón de la fertilidad.

Ostara celebra la entrada de la primavera. El renacimiento de la naturaleza representado con el huevo de ostara.

El Dios y la Diosa vuelven a compartir la dicha de reinar juntos. El día y la noche se equilibran por ser de igual duración, manteniendo la energía y la fertilidad.

Despiertan nuevamente a la vida los animales que dormían durante el largo invierno y todo comienza a florecer. Los espíritus de las flores y las plantas están muy activos trabajando para continuar con el ciclo de la vida.

Es el momento de la primera siembra del año. La tierra está en un momento fértil y dispuesta a dar vida a sus hijos. Los animales sienten el llamado de la naturaleza y comienzan a buscar pareja para procrear.

Este momento mágico nos invita al renacimiento interno. Los huevos de Ostara simbolizan el renacer. Representan las semillas que en nuestro interior tendrán que madurar para dar fruto en la siguiente temporada.

Cuando la Primavera llega al punto medio, la noche y el día se sitúan en perfecto balance, con la luz incrementando y se celebra el 21 de marzo.

La religión Cristiana adoptó estos emblemas para el Día de Pascuas que se celebra en el primer domingo después de la primera Luna llena seguido del equinoccio.

COMIDAS DE OSTARA:

Nueces y semillas, verduras y frutas frescas de temporada, queso y pan de hierbas. Vinos de frutas tropicales o jugos de frutas.

HIERBAS DE OSTARA:


Todas las flores de primavera, violetas, iris, olivo.

BAÑO RITUAL:


Pétalos de rosa, de clavel y de jazmín.

DECORACIÓN DEL RITUAL:


Se adorna con flores aromáticas de diferentes colores que se acomodan en canastas de mimbre. Huevos de ostara ya sea cocidos naturales o de chocolate también canastas de mimbre.

Los colores pálidos predominarán sobre nuestro altar. Así como un conejito de cerámica o de peluche y hadas y ninfas.

Para decorar el altar, podemos usar flores silvestres. El caldero debe estar lleno de agua de manantial (Puede ser pura o el agua mineral que venden para beber), de ser posible, y si así lo deseamos podemos usar flores capullos como decoración personal. Debemos ubicar una planta pequeña sobre el altar.

INCIENSOS DE OSTARA:


Jazmín, rosa, floral, benjuí y florales (cualquier tipo).

PIEDRAS DE OSTARA:


Jaspe.

ACTIVIDADES DE OSTARA:


Plantar semillas o jardines mágicos, así como decorar con huevos pintados con runas que simbolicen lo que deseamos alcanzar.

También podemos deshojar flores de colores y lanzar los pétalos al viento para pedir bendiciones y deseos, sembrar semillas de mostaza simbolizando nuestra fe en el cambio y el crecimiento.

Algunas prácticas tradicionales de Ostara son recoger flores silvestres, o simplemente elegidas al azar en el florista. Estas las podremos usar más tarde para la decoración del altar, y si lo deseamos, mediante una sencilla adivinación sobre las mismas, comprender nuestras emociones y pensamientos más profundos.


También es importante en éste momento de renovación de la vida, el hacer una caminata por jardines, parques o bosques. No debemos hacer más nada, la caminata debe ser en sí misma una celebración, una suerte de ritual para la propia naturaleza.


Otras actividades tradicionales son el plantado de semillas, trabajo en jardines, y toda otra forma de trabajo con hierbas: mágico, culinario, cosmético y artístico.

ACEITE DEL RITUAL:


Esencia de violeta, fresa y rosa.

COLOR DE LAS VELAS:


Rosa para la doncella que comienza a florecer.
Verde para el Dios de los bosques.

ORACIÓN DEL RITUAL:


Enciende la vela rosa y dale tres golpes con tu varita, después repite la siguiente oración:

“Doncella que comienzas a florecer, señora que desprendes tu fragancia en los campos de tu amor, enciende en mi alma la llama del renacimiento en esta primavera que comienza, fertiliza la tierra de mi espíritu para que en ella se plante la semilla viva de tu amor”.

Enciende la vela verde y dale tres golpes con varita, después repite la siguiente oración:

“Señor Dios de los bosques verdes, trae ante mi la promesa de la luz y la primavera. Que tus animales despierten al llamado de la naturaleza, que tu semilla sea depositada como el huevo fértil que crece en el interior de la Diosa para que la y se renueven todas las cosas”.

ORACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN DE LOS HUEVOS:


Después de decorar los huevos se deberán consagrar a las Diosas de la primavera y plantarse en la tierra al finalizar la fiesta. Para consagrarlos repite la siguiente oración:

“Diosas de la primavera: Afrodita, Atenea, Gaia, Hera, Vesta, Astarté, Ishtar, Venus y Minerva, despierten a la vida y traigan la semilla del nuevo día.

Amorosa y gentil Nimué, Dama del Lago que guardas los misterios del alma en tu ser, bendice estos huevos sagrados para que se conviertan en el símbolo del renamiciento de mi fe”.


RITUAL DE OSTARA:

Debemos ubicar una planta chica sobre el altar.


Comenzaremos arreglando el altar, y trazando el círculo.


Luego recitamos el Cantico de Bendición, e invocamos a la Diosa y al Dios. Parados delante del altar, miramos la planta mientras decimos

"Gran Diosa, te has liberado de la fría prisión del Invierno.
Ahora es el reverdecimieto, cuando la fragancia de las flores
flota en la brisa. Este es el comienzo.

La vida se renueva por Tu magia, Diosa de la Tierra.
El Dios se estira y eleva, ansioso en Su juventud
y bullendo con la promesa del verano."

Tocamos la planta, conectando con sus energías, y a través de ella, con toda la Naturaleza. Visualizamos un viaje desde el centro de nuestra consciencia, a través de nuestro brazo y dedos, penetrando en la planta, recorriendo sus tallos y hojas, explorando su naturaleza interna, sintiendo el milagroso proceso


"Camino la Tierra como amigo,
Diosa Madre y Dios Padre, que dentro mío despierte
a través de ésta planta, el amor por todo lo viviente.

Enséñenme a reverenciar la Tierra y todos sus tesoros.
Y que nunca lo olvide."

Meditamos sobre el cambio de las estaciones, sintiendo cómo las energías aumentan en la Tierra a nuestro alrededor

Bendiciones!

lunes, 8 de febrero de 2010

APERTURA DE UNA PUERTA TEMPORAL

Si en algún punto durante la ceremonia es necesario dejar el círculo temporalmente, se puede usar el athame para cortar una puerta.

Tomando el athame en la mano de poder, se inserta en la pared del círculo junto al suelo. Se arrastra hacia arriba, se corta el ancho y se vuelve a bajar hasta el piso.

Dejamos el athame en la entrada de esa puerta y al regresar deberemos cerrar nuevamente la puerta de la misma forma en que la abrimos. Metiendo el athame al círculo.

Recuerda que esto solo se hace en caso sumamente necesario.

Bendiciones!

ORACIÓN BUDISTA PARA LA PAZ

Que pueda yo estar en Paz.

Que mi corazón permanezca abierto.

Que pueda yo despertar a la luz que es mi verdadera naturaleza.

Que pueda yo sanar.

Que pueda ser yo una fuente de sanación para todos los seres.

Que pueda yo estar en Paz.

Bendiciones

HECHIZO PARA LA ARMONIA Y LOS DESEOS

Este hechizo de apariencia sencilla, es sumamente poderoso, sirve para atraer cosas que queremos puede ser ropa nueva, dinero, carro, casa nueva, hasta cosas tan insólitas de su imaginación.

Pues si tu tienes algo que necesites y posiblemente no haya tiempo para poder conseguirlo, este hechizo te abrirá los caminos para encontrarlo y obtenerlo.

MATERIALES

Pañuelo o alfombrilla verde
Papel limpio o reciclado es mejor
Hilo o cuerda roja
Una cajita de madera de sándalo o de su madera favorita
Una vela blanca
Incienso de sándalo

PROCEDIMIENTO

Haz un pequeño altar con la alfombra o tela extendida por la mesa, enciendes el incienso a tu izquierda y la vela a tu derecha.

Escribes en el papel lo que tu necesitas, debe ser preciso y exacto o una foto del mismo si lo tienes, deposita el papel en el centro de la tela verde. Concéntrate en ello por un momento, visualiza su color, su textura, su sensación, su presencia y siéntete orgulloso de tenerlo y el placer que aporte el mismo o lo que harás con él.

Luego toma el papel o la foto y colocarlo en la frente en el chakra de la frente y pronunciar tres veces lo siguiente:

"Te tengo, te sostengo y te retengo.”

Dobla el papel en la tela verde y luego átala con un hilo o estambre o cuerda de color rojo, haga siete nudos para amarrarlo, mientras haces los nudos dices en cada uno de ellos

"Eres mío, yo soy tu dueño."

Colocas todo el conjunto en la cajita de madera y lo colocas en tu altar favorito o detrás de una caja más grande, durante siete días exactos llévate la cajita a tu frente y dices

"Eres mío, soy tu dueño.”

Bendiciones!

HECHIZO PARA ATRAER EL AMOR A TU VIDA

Si quieres tener amor en tu vida, elige una noche de luna nueva o llena, y estar cerca del agua (una fuente, un río, el mar, estanque), mantener una rosa roja o una rosada o una blanca o un capullo de un árbol frutal en la mano izquierda y una manzana roja cortada por la mitad por la mano derecha, recita este hechizo.

“Aquí hay un pimpollo rosado y dulce.
Aquí hay una manzana lista para se comida.
Aquí hay una flor lista para abrirse.
Aquí hay una manzana verdadero símbolo del amor.
Aquí hay una rosa en busca de su espina, aquí un amor a la espera de nacer.
Venid manos, venid dientes, venid espinas.”

Arrojas la media manzana por encima del hombro izquierdo sin mirarla, clava la flor o el capullo en el suelo y comer la otra mitad de la manzana.

Bendiciones!

sábado, 30 de enero de 2010

PRINCIPALES DEIDADES GRECOLATINAS






La siguiente es una lista muy resumida acerca de las deidades grecorromanas, comentando sus nombres y sus poderes y atributos.


Nombre griego: Zeus
Nombre latino: Júpiter
Atributos y cualidades: Padre y rey de los dioses y los hombres. Sus atributos son el rayo y el cetro de rey; el águila es su ave.



Nombre griego: Hera
Nombre latino: Juno
Atributos y cualidades: Diosa del matrimonio, del cielo y de la tierra. Hermana y esposa de Zeus. El ave consagrada a ella es el pavo real.



Nombre griego: Hestia
Nombre latino: Vesta
Atributos y cualidades: Diosa del fuego del hogar. Protectora de la familia y la ciudad.



Nombre griego: Atenea
Nombre latino: Minerva
Atributos y cualidades: Diosa de la guerra, de la sabiduría, de las artes y de los oficios. Lleva casco y escudo. La lechuza y el olivo están consagrados a ella.



Nombre griego: Deméter
Nombre latino: Ceres
Atributos y cualidades: Diosa de la agricultura y de los frutos de la tierra. Lleva en una mano un delfín.



Nombre griego: Artemis
Nombre latino: Diana
Atributos y cualidades: Diosa de la caza y de los bosques. Lleva un arco. Puede ir acompañada por un perro o una cierva.



Nombre griego: Afrodita
Nombre latino: Venus
Atributos y cualidades: Diosa del amor y de la belleza




Nombre griego: Ares
Nombre latino: Marte
Atributos y cualidades: Dios de la guerra y del valor. Lleva casco y armas.



Nombre griego: Hermes
Nombre latino: Mercurio
Atributos y cualidades: Dios del comercio. Protector de los viajeros. Se le denominaba el mensajero de los dioses, pues era el encargado de transmitir mensajes y cumplir encargos.


Nombre griego: Poseidón
Nombre latino: Neptuno
Atributos y cualidades: Dios de las aguas del amar, los ríos y los lagos. Suele llevar un tridiente y conduce un carro en forma de caracola gigante, tirado por caballos de mar.



Nombre griego: Hades
Nombre latino: Plutón
Atributos y cualidades: Dios de los infiernos y de los muertos. Sus símbolos son el trono y la riqueza.


Nombre griego: Hefesto
Nombre latino: Vulcano
Atributos y cualidades: Dios del fuego y de las fraguas, protector de los herreros. Suele sostener en sus manos el martillo y las tenazas. Enseñó al ser humano el arte de la forja o trabajo de los metales.



Nombre griego: Apolo
Nombre latino: Apolo
Atributos y cualidades: Dios de la poesía, las artes, la música, la adivinación. El templo más famoso consagrado a él es el de Delfos, donde el Dios transmitía sus oráculos o profecías a través de sacerdotisas.


Nombre griego: Dionisio
Nombre latino: Baco
Atributos y cualidades: Dios de las fiestas, de la vendimia y del teatro. Su símbolos son los pámpanos y las máscaras del teatro.


Además de estas grandes divinidades, también existieron otras, anteriores o posteriores a ellas, que fueron muy famosas por sus aventuras o por su relación con los mortales:

Eros o Cupido, el niño alado; personaje travieso cuyas flechas de oro causaban el amor o las de plomo el desprecio.



Perséfone o Prosérpina, hija de Démeter. Raptada por el dios de los infiernos, reina allí junto a su marido durante seis meses al año, lo cual causa gran pena a su madre y ocasiona la llegada del invierno sobre la tierra.



Bendiciones!

OTRA INVOCACION Y DESPEDIDA DE GUARDIANES Y DIOSES

LLAMADO DE LOS GUARDIANES

Empezando desde el Este y en deosil:

“Empiezo por el Este porque es por donde sale el Sol.”

ESTE:

"Guardianes del Este, Señores del Aire, Silfos y Sílfides.
Paralda rey del elemento Aire.
Signos de Géminis, Libra y Acuario.
Sayris Señor de los dragones del Aire y de los dragones del Este.
Yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo.
Vengan y aporten su prodigioso poder:
el poder del Aire, del intelecto y de las ideas.
Bienvenidos sean.

SUR:

Guardianes del Sur, Señores del Fuego, Salamandras.
Djin rey del elemento Fuego.
Signos de Aries Leo y Sagitario.
Fafnir Señor de los dragones del Fuego y de los dragones del Sur.
Yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo.
Vengan y aporten su prodigioso poder:
el poder del cambio, de la pasión y de la transmutación.
Bienvenidos sean."

OESTE:

"Guardianes del Oeste, Señores del Agua, Ondinas.
Nicksa rey del elemento Agua.
Signos de Cáncer, Escorpio y Piscis.
Naelyan Señor de los dragones de Agua y de los dragones del Oeste.
Yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo.
Vengan y aporten su prodigioso poder:
el poder de la protección, de la visión, de la intuición, de la empatía y de las emociones.
Bienvenidos sean."

NORTE:

"Guardianes del Norte, Señores de la Tierra, Gnomos.
Ghob rey del elemento Tierra.
Signos de Tauro, Virgo y Capricornio.
Grael señor de los dragones de la Tierra y de los dragones del Norte.
Yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo.
Vengan y aporten su prodigioso poder:
el poder de la tierra y las plantas,
de la abundancia y la prosperidad,
el poder de la creación, de la fertilidad y de la alimentación.
Bienvenidos sean."

INVITACIÓN DE LA SEÑORA


"Señora y Madre,
yo te convoco a mi círculo para que presencies mi ritual,
protejas mi círculo y me llenes de tu Amor y Protección.
Madre bendita,
Isis, Astarte, Diana, Hécate, Demeter, Kali, Innana, Perséfone, Lilith.
Hestia, Flora, Artemisa, Aradia, Brigith, Afrodita.
Selene, Vesta, Arianrhod, Bast, Fortuna, Atenea, Cerridwen.
Némesis, Riannon, Nyx, Gea.
Diosa de los diez mil nombres.
Tú, la guardiana de los misterios de Eleusis y los secretos femeninos.
Vengo a descorrer tu velo con tu permiso.
Ven y comparte conmigo esta celebración.
Bienvenida seas."

INVITACIÓN DEL DIOS

"Señor y Padre,
yo te convoco a mi círculo para que presencies mi ritual,
protejas mi círculo y me llenes de tu Amor y Fuerza.
Padre bendito,
Apolo, Marte, Pan, Horus, Osiris.
Lucífer, Poseidón, Cernunnos, Annubis, Shiva, Adonis.
Tú, el guardián de los misterios de Delfos y de los secretos de los hombres.
Vengo a descorrer tu velo con tu permiso.
Ven y comparte conmigo de esta celebración.
Bienvenido seas."

DESPEDIDA DE LOS GUARDIANES

Empezando por el Norte, en widdershins se despide a cada Guardián apagando la vela luego de decir la fórmula:

“Comienzo por el Norte porque en donde todo termina también todo comienza.”

NORTE:



"Guardianes del Norte, Señores de la Tierra, Gnomos.
Ghob rey del elemento Tierra.
Signos de Tauro, Virgo y Capricornio.
Grael señor de los dragones de la Tierra y de los dragones del Norte.
Agradezco su presencia y protección y los despido en paz.
Feliz encuentro, Feliz Partida y Feliz Reencuentro."

OESTE:


"Guardianes del Oeste, Señores del Agua, Ondinas.
Nicksa rey del elemento Agua.
Signos de Cáncer, Escorpio y Piscis.
Naelyan Señor de los dragones de Agua y de los dragones del Oeste.
Agradezco su presencia y protección y los despido en paz.
Feliz encuentro, Feliz Partida y Feliz Reencuentro."

SUR:


"Guardianes del Sur, Señores del Fuego, Salamandras.
Djin rey del elemento Fuego.
Signos de Aries Leo y Sagitario.
Fafnir Señor de los dragones del Fuego y de los dragones del Sur.
Agradezco su presencia y protección y los despido en paz.
Feliz encuentro, Feliz Partida y Feliz Reencuentro."

ESTE:

"Guardianes del Este, Señores del Aire, Silfos y Sílfides.
Paralda rey del elemento Aire.
Signos de Géminis, Libra y Acuario.
Sayris Señor de los dragones del Aire y de los dragones del Este.
Agradezco su presencia y protección y los despido en paz.
Feliz encuentro, Feliz Partida y Feliz Reencuentro."

PARA LA APERTURA DEL CÍRCULO:

"Puede el círculo ser abierto
pero no roto.
Puede la paz de los Dioses
estar por siempre en tu corazón.
Feliz encuentro,
feliz partida
y feliz reencuentro."






Bendiciones!

jueves, 28 de enero de 2010

PASTEL MÁGICO DE QUESO CON FRAMBUESAS

250 gr. de queso chihuahua rayado
3 huevos batidos
125 gr. de mantequilla
2 ½ tazas de azúcar
2 ½ tazas de harina cernida
2 ¼ tazas de leche
3 cucharadas de natas o 1/8 de taza de leche en polvo muy espesa
½ cucharada de polvo de hornear cernido
½ taza de nuez picada
250 gr. de frambuesas muy maduritas

Batir la mantequilla hasta acremar, agregar los huevos uno por uno e ir incorporando los elementos de la receta en un cazo redondo de vidrio, cerámica blanca o barro con una pala de madera en la que esté grabada la runa Jera.

La runa Jera es la runa de la madre de las mareas y de los cambios venideros, el deshiele y el comercio.

Siempre se deberá batir la masa hacia el mismo lado en deosil.

Mientra se bate la masa decir esta canción:

“Bate la Luna,
bate el Sol.

Cuida a mi familia
ellos son.”

Calentar el horno a 200º C por diez minutos y meter el pastel en un molde previamente engrasado y enharinado por 30 minutos. Al pasar este tiempo bajar a 130º C, sin dejar de revisar por 10 minutos y volverle a subir otros veinte minutos y luego apagar el horno dejando ahí el pastel hasta que enfríe.

Hacer la mermelada que adornará el pastel hirviendo las frambuesas en un cazo de preferencia de cobre a fuego lento sin dejar de moverlas, se le puede agregar azúcar al gusto.

Esta receta ayudará a que la familia esté unida y haya diálogo positivo en casa siempre, que no haya discusiones y estar unidos en las buenas y en las malas, así como gozar cambios positivos y para nuestro bien en nuestros negocios, empleo, estilo de vida, etc. También para que reine el amor en nuestra casa.


Bendiciones!

miércoles, 27 de enero de 2010

EL PUENTE DEL ARCOIRIS PARA LOS ANIMALES QUE NO TIENEN A NADIE

Hay un puente que conecta el Cielo con la Tierra. Se llama el Puente del Arco Iris, porque tiene muchos colores. Justo en este lado del Puente, hay prados, colinas y valles verdes. Cuando muere un animal querido, se va allí. Siempre hay comida y agua y tiempo cálido de primavera. Los animales viejos y frágiles aquí se rejuvenecen. Los que han sido lesionados son fuertes de nuevo. Todo el día juegan unos con otros.

Pero algunos de los animales que están aquí, a este lado del Puente, son diferentes. Estos animales fueron maltratados, pegados, torturados, se morían de hambre, nunca fueron queridos. Ellos, miran con algo de tristeza, mientras se vayan sus amigos, uno por uno, para cruzar ese puente con su humano especial. Para estos animales, no hay nadie, no hay ningún humano especial. Su tiempo en la tierra no les dio esa oportunidad.

Pero un día, mientras están corriendo y jugando, se dan cuenta de que hay alguien esperando, de pie, en el camino al Puente. Esa persona mira con algo tristeza las reuniones entre amigos, porque durante su vida, esa persona nunca tuvo un animal para hacerle compañía. Esa persona fue maltratada, pegada, torturada, se moría de hambre, nunca fue querida.

Allí espera esta persona, sola, y uno de los animales que nunca fueron queridos se le acerca, curioso por saber por qué esta persona está sola. Y mientras se acercan el animal no querido y la persona no querida, surge un milagro, porque para ellos, el destino quiso que al final estuvieran juntos, una persona especial y un animal querido que nunca tuvieron la oportunidad de conocerse durante su estancia en la Tierra. Ahora, por fin, a la entrada del Puente del Arco Iris, sus almas se encuentran, borrando todo el dolor y la tristeza, y los dos amigos ya están juntos.

Y juntos cruzan el Puente del Arco Iris juntos, para no volver a separarse nunca más…


Bendiciones!

EL PUENTE DEL ARCOIRIS PARA LOS QUE AYUDAN A LOS ANIMALES

De repente en el Puente del Arco Iris, amaneció un día diferente a los días normales tan llenos de sol; este era un día frío y gris, el día más feo que puedes imaginar. Los recién llegados no sabían que pensar, nunca habían visto un día de este tipo allí. Pero los animales que llevaban más tiempo esperando sus seres queridos sabían perfectamente lo que pasaba, y se fueron juntando en el camino que lleva al Puente... para mirar.

Esperaron un poco y llegó un animal muy mayor, con la cabeza muy hundida, arrastrando su cola. Los animales que llevaban tiempo allí, sabían inmediatamente cual era su historia, porque habían visto pasar esto muchas, demasiadas veces. El fue acercándose lentamente, muy lentamente, y era obvio que tenía un gran dolor emocional, sin signos aparentes de heridas ni enfermedad.

Al contrario de los otros animales que esperaban en el Puente, este animal no había vuelto a la juventud, ni había vuelto a estar lleno de la salud y la alegría. Mientras caminaba hacia el Puente, veía como todos los otros animales le miraban a él. Sabía que este no era su sitio, y que cuanto antes pudiera cruzar el Puente, antes sería feliz. Pero no podía ser. Cuando se acercó al Puente, apareció un Angel y con cara triste le pidió perdón y le dijo que no podía cruzar. Solamente aquellos animales que estaban acompañados de sus personas queridas podían cruzar el Puente del Arco Iris.

Sin ningún otro sitio para ir, el animal mayor dio la vuelta y entre los prados vio a un grupo de otros animales como él, algunos mayores, otros muy frágiles. No estaban jugando, simplemente estaban tumbados en la hierba, mirando el camino que llevaba al Puente. Entonces, el fue a juntarse con ellos, mirando el camino, y quedó allí esperando.
Uno de los recién llegados al Puente no entendía lo que había visto, y pidió a otro que le explicara qué pasaba.

"Ves, ese pobre animal, y los otros que están allí con él, son los animales que nunca tuvieron una persona. Este al menos llegó hasta un refugio; entró en el refugio igual que lo ves ahora, un animal mayor, con el pelo gris y la vista algo nublada. Pero nunca consiguió salir del refugio, y se murió solamente con el cariño de su cuidador para acompañarle mientras se fue de la tierra. Como no tenía una familia para darle su amor, no tiene a nadie que le acompañe para cruzar el Puente."

El primer animal se quedó pensando un momento y preguntó: ¿Y ahora que pasará? Antes de recibir la respuesta, empezaron a romperse las nubes y un viento muy fuerte las hizo desaparecer. Podían ver a una persona, sola, acercándose al Puente, y entre los animales mayores, todo un grupo de ellos fue repentinamente bañado en una luz dorada, y de nuevo eran otra vez animales jóvenes y sanos, llenos de vida.

"Mira y sabrás," dijo el segundo. Otro grupo de animales de los que estaban esperando, también se acercaron al camino y bajaron sus cabezas mientras se acercaba aquella persona. Al pasar por delante de cada cabeza, la persona les tocó a cada uno, a algunos les daba una caricia, a otros les rasgaba las orejas cariñosamente...

Los animales que habían rejuvenecido se fueron poniendo en una fila detrás y siguieron a la persona hacia El Puente. Luego, todos cruzaron el Puente juntos.

"Qué ha sido eso?" preguntó el primer animal.

Y el segundo le dijo: “esa persona era gran amante de los animales y trabajaba en su defensa. Los animales que viste bajando sus cabezas en señal de respeto eran los que encontraron nuevos hogares gracias al esfuerzo de tales personas. Claro, todos esos animales cruzarán el Puente cuando llegue su momento, cuando lleguen los que eran sus nuevas familias. Pero los que viste mayores y luego rejuvenecidos, eran los que nunca encontraron una casa... y como no tuvieron familia, no podían cruzar el Puente.

“Cuando llega una persona que haya trabajado en la tierra para ayudar a los animales abandonados, se les permite un último acto de rescate y amor. A todos aquellos pobres animales para los que no pudieron conseguir familias en la tierra, se les permite acompañarlos para que también puedan cruzar el Puente del Arco Iris."


Bendiciones!

martes, 26 de enero de 2010

EL PUENTE DEL ARCOIRIS

Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris.

Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris. Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos. Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo.

Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.

Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás.

Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido.

Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón.

Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos...
Bendiciones!

sábado, 23 de enero de 2010

LOS COLORES DEL ALTAR

En el altar es donde tiene lugar la magia, el manejo de la energía, la comunicación con los seres espirituales y el contacto con nuestro poder interior. Es un espacio sagrado.

Es también un espacio momentáneo, ya que los altares Wicca sólo duran el tiempo en que se lleva a cabo el ritual; éste es otro símbolo del cambio constante que existe en la naturaleza.


Con el paso de los días, las temporadas y las celebraciones podemos ir cambiando de acuerdo con la temporada el color del mantel del altar y las flores que lo adornan. Esto nos ayudará a tener más presente el contacto con los ciclos de la naturaleza y la evolución del trabajo interno.


Debemos de tener dos manteles: uno blanco que adornará nuestro altar del 2 de febrero al 1 de agosto, esto es de Imbolc a la víspera de Lammas o Lughnasad; y uno negro que pondremos del 2 de agosto al 1 de febrero, esto es de Lammas o Lughnasad a la víspera de Imbolc.


Además podemos cubrir el mantel con un camino de mesa y con adornos, flores o hierbas de acuerdo a la celebración de la siguiente manera:


YULE

Colores del mantel: verde oscuro, rojo y dorado.

Adornos del altar: pino, flor de nochebuena.


IMBOLC

Colores del mantel: blanco, azul claro.

Adornos del altar: flores blancas.


OSTARA

Colores del mantel: rosa claro, turquesa.

Adornos del altar: flores de distinto color.


BELTANE

Colores del mantel: rojo, verde claro.

Adornos del altar: rosas, claveles rojos.


LITHA

Colores del mantel: magenta, azul rey, dorado.

Adornos del altar: girasol, margaritas.


LUGHNASADH

Colores del mantel: beige, amarillo oscuro.

Adornos del altar: hojas de elote, trigo.


MABON

Colores del mantel: café, gris.

Adornos del altar: flores y hojas secas.


SAMHAIN

Colores del mantel: naranja, negro, violeta.

Adornos del altar: calabazas, manzanas, frutas de temporada, flor de cempoaxúchitl.


RITUALES LUNARES

Colores del mantel: blanco, plateado.

Adornos del altar: todas las flores, especialmente de la Diosa o blancas.


Recuerda que todo ritual es una celebración y alegoría, mantenlo limpio y ordenado y trata de tenerlo adornado de acuerdo al ritual.


Bendiciones!