martes, 30 de junio de 2009

LUGHNASADH - LAMMAS: LA PRIMERA COSECHA

Lughnasadh o Lammas, también es la Fiesta de la Primera Cosecha, Fiesta del Pan y Harvest Home.

Es la fiesta del Dios celta Lugh, el poeta, el del largo brazo, identificado con el Sol y con Mercurio. Lugh es un Dios solar. El nombre de Lugh significa “encendido” o “brillando”. Según una de sus muchas leyendas, él era el gran liíder de los Tuatha de Dannan. En una de las victorias de los Tuatha, Lugh salvó la vida de Bres, capitán enemigo, en el que a cambio le dio enseñanzas sobre el arado, siembra y cosecha.

Lugh era el rey de los Tuatha dé Danaan e introdujo la festividad para conmemorar a su madre adoptiva Tailtu, hija del rey Firbolg y deidad agrícola que expiró tras haber roturado un bosque.

En Lughnasadh tiene lugar una fiesta del hada Aine. Esta era originariamente una Diosa de la cosecha, y están consagrados a ella el primer viernes, sábado y domingo después de Lammas.

Se decía que en aquellos días ella reclamaría una vida humana, quizá un recuerdo tradicional de los tiempos en que se llevaba a cabo un sacrificio para garantizar el logro de la cosecha.

Los Sidhes, duendes irlandeses, descienden probablemente de Dioses antiguos como Crorn Cruaich (“el encorvado de la colina”), cuya fiesta se celebraba el 1º de agosto. Al igual que los duendes, mora en viejos túmulos funerarios.

Por otro lado, Lugh deriva de la vieja palabra céltica “lugio”, que significa “juramento”. Una parte tradicional de las celebraciones que rodeaban Lughnassdh fue la toma de juramentos. Ya que el año agrícola tenía su culminación en la cosecha, tiene sentido que los juramentos y los contratos que tenían relación con la tierra se centraran en ese tiempo.

Esta celebración tiene lugar en la víspera del primero de agosto.

Durante la época medieval esta fiesta era conocida como “Gwyl of August”, que significa “fiesta de agosto”. Si esto es cierto, significaría un origen pagano y precristiano de Lammas entre los anglosajones y una conección con el festival gaélico de Lughnasadh.

Durante este día era costumbre llevar a la iglesia un pan preparado con el trigo de la nueva cosecha. En muchas partes de Inglaterra, los agricultores arrendatarios estaban obligados a presentar el trigo fresco cosechado a sus señores el primer día de agosto o el día previo. También era llamado “la fiesta de las primeras frutas”.

Durante el día de Lughnasadh los antiguos paganos encendían hogueras en los campos para honrar a los dioses. Este era un día de agradecimiento a las deidades por los productos de la cosecha, especialmente del trigo. Muchos opinan que Lammas es el predecesor del moderno Día de Acción de gracias.

Lughnasadh representa un momento de sacrificio, cuando el Dios ha utilizado sus últimos recursos de energía para otorgarnos una cosecha abundante.

La Diosa apoya la energía del Dios y nos asegura una cosecha de frutos dorado, vegetales y cereales que emergen de la tierra.

Sin embargo, hay un precio que pagar por toda esa abundancia.

Es el tiempo de la primera cosecha y de las semillas que asegurarán la futura cosecha.

Místicamente el Dios pierde su fuerza al pasar su punto máximo, ante la mirada triste y alegre de la Diosa, pues su semilla crece en su vientre y el renacerá. Es un punto de poder en el año, un sabbat mayor, simbolizado por la figura del León.

Lughnasadh era el nombre cristiano medieval de la celebración, que significa “loaf-mass”, misa de la hogaza, pues en esta fecha se horneaban las hogazas de pan hechas con el grano de la primera cosecha, las que eran ofrecidas en el altar. Asimismo, se realizaban muñecos de paja. Era un día representativo de los primeros frutos.

Se honraba a la tierra por su fertilidad, y se felicitaban por un trabajo bien hecho. El festejo tenía un doble propósito: celebrar por los esfuerzos realizados y pedir a los dioses una buena cosecha a futuro.

Lughnasadh marca un punto importante en el ciclo solar, en la rueda del año. El Dios nace en Yule, es un niño en Imbolc, un adolescente en Ostara y finalmente un adulto en Beltane. Litha marca el punto máximo de su poder, y Lughnasadh es el momento en que cuida las cosechas y los animales mientras se hace consciente de su mortalidad. Mabón lo encontrará preparándose para su muerte, que ocurrirá en Samhain.

Con la cosecha, la gente toma en sí la fuerza que el Dios colocó en ellas, aceptando su sacrificio, y usando ese poder para fortalecer su propio crecimiento.

En este Sabbat, cosechamos los frutos de las semillas que hemos plantado en Ostara, y de ellos recogemos las semillas que esperarán durante el invierno a ser plantadas.

Lughnasadh es simbólicamente la época en la que el Dios va perdiendo su fuerza. La Diosa observa con alegría y tristeza como el Dios está muriendo pero al mismo tiempo él vive dentro de ella como su hijo.

Es el tiempo en que las plantas de la primavera se marchitan y caen sus frutos y semillas para nuestro uso, además de asegurar futuros cultivos.

Es una celebración de la abundancia, el momento en el que se recogen los granos que servirán de alimento durante el invierno.

Es un momento propicio para meditar sobre las ganancias obtenidas durante el año, los tesoros encontrados, amigos, éxitos y todo aquello que sembramos y que finalmente se cosechan y se vuelven una realidad.

Viene la calma y el descanso de la energía, debemos poner atención a nuestro interior, es tiempo de introspección y meditación.

En las naciones célticas las tradiciones que rodean Lughnasadh todavía continúan. En la Irlanda moderna las familias suben a las colinas del campo para recolectar arándanos que son símbolos de la generosidad de la Diosa.

Con el venir del cristianismo a las tierras célticas, el viejo festival de Lughnasadh adquirió simbolismo cristiano. En el hemisferio norte los panes hechos con el primer grado cosechado eran cocidos al horno y colocados en el altar de la iglesia como ofrenda el primer domingo de agosto. El nombre cristianizado para el banquete de Lughnasadh es Lammas que significa “misa del pan”.

ESPIRITU DE LA FIESTA

Tradicionalmente Lughnasadh tiene tres aspectos a considerar en su celebración:

La Conexión: en nuestra cultura moderna, hemos perdido gran parte de la conexión que nos une con la tierra y con las otras personas a nuestro alrededor. La época de Lughnasadh nos recuerda que no estamos solos y que necesitamos de ese sentido de pertenencia a una comunicad y a un todo con la tierra.

El Agradecimiento: Lughnasad es el festival donde se parte y comparte el primer pan de la cosecha en el nombre de la Diosa. Agradecemos por los alimentos que nos brindaron, por la tierra que nos sustenta. También celebramos el resultado de nuestro trabajo diario y agradecemos por él.

Meditación y preparación para el otoño: Lughnasadh implica la toma de conciencia de la cercanía del otoño, se viene una nueva etapa, se recargan energías.

CORRESPONDENCIAS DE LUGHNASAD

Significado: es el tiempo de la cosecha, de ver lo bueno que hemos cosechado… y de lo que deseamos para el futuro.

Plantas y hierbas: cereales de todo tipo, canela, girasol, rosas amarillas, uvas, brezo, zarzamoras, endrino, manzanas, peras.

Aceites: incienso, sándalo y canela.

Inciensos: manzana, zarzamora, ámbar.

Colores: amarillo, dorado, naranja, blanco, rojo, verde, café claro y gris.

Piedras: ámbar, ojo de tigre, ojo de gato, cuarzo, o cualquier piedra parda o amarillo obscuro.

Comidas típicas de Lughnasad: especialmente cereales; frutos, frutas y verduras frescas de estación, zarzamoras, bellotas, productos agrícolas producidos localmente, manzanas, peras y uvas. Además una hogaza de pan de elote para el festín.

Bebidas: cualquiera con frutas de la estación, sidra; o las típicas agua, vino o cerveza.

Deidades: los dioses solares Lugh, Apolo, Horus, Balder; así como también la Madre Tierra.

Tradiciones: hacer muñequitas de maíz y regalarlas como símbolo de prosperidad.

DECORACIÓN DEL ALTAR

Trigo, cebada o avena, ya sea en grano o espigas.

Capullos y flores de la estación, hojas verdes y hiedra.

Además de las velas de costumbre, una vela amarilla, dorada o anaranjada.

Las frutas o pan para el festín.

Runas como la de la cosecha Ger, y runas que queramos para acompañar: Fehu por las ganancias, Urz para la salud y Sigel para el éxito.

ACTIVIDADES EN LUGHNASAD

Momento sumamente favorable para los conjuros que proporcionen buena suerte y abundancia.

Es tradicional amasar barras de pan y tortas para esta celebración.

También podemos usar muñecas de maíz o trigo simbolizando a la Diosa. Las prácticas tradicionales de Lughnasad consisten en el trenzado de espigas y muñecas de maíz.

Se pueden visitar campos y jardines y hacer comidas al aire libre con pan y cualquier otro tipo de bellotas o frutos secos.

Podemos hacer una “quema” simbólica de aquello que sentimos que nos aprisiona, cosas que queremos cambiar, vicios de los que nos queremos deshacer, problemas que queremos terminar.
¿Cómo hacerlo? Escribe en un papel detalladamente lo que te aflige. Luego consagra el papel a Frigg pidiéndole tener una feliz solución a la petición y retomar la calma y la felicidad. Ata el papel con una cinta o hilo rojo. Echalo al fuego mientras te visualizas con el problema solucionado.

En la medida de lo posible recolecta de los árboles los frutos que ya estén maduros o cómpralos en un mercado y compártelos con personas menos afortunadas.

Consagra tus alimentos a la hora de la comida y da gracias por haberlos tenido en tu mesa.

Camina por un bosque o parque, respira el aire, siente la tierra y con ella el poder de la Diosa, conéctate con los elementales de las plantas, los árboles, agradece el trabajo que la tierra hace por nosotros.

Reúnete con tu pareja, familia o amigos en una fiesta, escucha música, baila, celebra a tu manera los triunfos que tuviste en el tiempo que se va. La cosecha era la primera forma de trabajo; medita sobre tu trabajo o estudios y agradece y evalúa el ayer y el hoy.

Adorna tu casa con frutas y verduras frescas, granos y pan.

No solo hagas pan, también los pasteles, buñuelos, y panqués son una buena idea.

RITUAL DE LUGHNASAD

Arregla tu altar y traza tu círculo. Realiza tus invocaciones y al llamar al Dios enciende una vela amarilla dentro del caldero y recita el siguiente cántico de bendiciones:

“Saludemos al Dios Luminoso,
al Rey del Roble en su día de gloria,
pidamos que su poder4 come y purifique nuestro ser,
y sepamos que todo lo que nace y crece
también debe morir.
Y así como ha de morir, ha de renacer”.


Si hiciste papel de pedido de prosperidad o de quema de problemas es el momento de quemarlo en la vela amarilla. Deja que la vela se consuma por completo.

Nos colocamos frente al altar, elevando unas espigas, decimos:

“Ahora es el tiempo de la primera cosecha,
cuando la naturaleza se nos brinda para que sobrevivamos.

Señor de los campos en sazón,
Señor del grano, dame el entendimiento del sacrificio
mientras tú te preparas para entregarte bajo la hoz de la Diosa
y viajar a las tierras del eterno verano.

Diosa de la Luna Oscura,
enséñame los secretos del renacimiento
mientras el Sol pierde su fuerza
y las noches se hacen más frías”.

Frota las espigas de trigo entre tus dedos y manos, de forma que caigan sobre el altar. Toma una fruta mordiéndola y mientras la saboreas di:

“Tomo parte de la primera cosecha,
mezclando sus energías con las mías
para que pueda continuar con mi búsqueda
de brillante sabiduría y perfección.

Señora de la Luna y Señor del Sol,
Dioses ante los cuales las estrellas detienen su curso,
ofrezco mis gracias ante la continua fertilidad de la tierra.

Que el cabeceante grano pierda sus semillas
Solo para que sean enterradas en el seno de la madre tierra,
Asegurando el renacimiento en el calor de la próxima primavera”.

Consume el resto de la frutas, guarda las semillas y siémbralas de ser posible (no hace falta hacerlo durante el ritual).

Si la planta crece y está dentro de tu propio jardín, cuídala y cultívala con amor y como símbolo de tu conexión con los Dioses.

Realiza tu asentado y centrado. Despídete de los Dioses y de los Elementos y abre tu círculo.

Bendiciones!

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