viernes, 4 de septiembre de 2009

CREED WICCA

Escucha la palabra de las brujas.
Nuestro secreto en la noche escondido,
cuando el camino era oscuro.
Nosotros lo revelamos en este día.

Ante el agua y el fuego misterioso,
por la tierra y el soplo del aire,
por la quintaesencia del espíritu:
guarda silencio, quieras callar.

Los renacimientos de la naturaleza,
el pasaje de los inviernos y primaveras.
Nosotros compartimos con aquello que vive
y festejamos en un círculo fuera del tiempo.

Cuatro veces por año vienen los grandes Sabbats
y las brujas danzan gozosas
para las primeras recolectas, para la candelaria,
en la fiesta de mayo y en todos los santos.

Cuando los días y las noches se igualan,
cuando el Dios está en su cenit o naciente
los Sabbats menores son convocados
y las brujas se divierten.

Trece lunas y ciclos femeninos,
trece brujas en un Coven,
trece crepúsculos para alegrarse.
Todo esto en un día y un año.

Transmitido desde las edades antiguas,
pasando entre hombre y mujer,
pasando de un siglo a otro,
desde el principio de las almas.

Cuando el círculo mágico es trazado
por la espada o el átame poderosos,
sus fronteras atraviesan dos mundos.
En estas horas hacia las sombras el desciende.

Este mundo no tiene derecho a verlo
y el mundo de más allá no traiciona.
Los Dioses ancianos allí son invocados,
la obra mágica allí es cumplida.

Hay dos místicos pilares
que con el umbral del Templo lindan.
Los dos son poderes naturales
de forma y fuerza divina.

Sombra y luz en sucesión
opuestos el uno con el otro.
Representan el Dios y la Diosa.
Gracias a los ancestros esta vez es nuestro.

De noche es el caballero de los vientos,
el Dios astado, Señor de las sombras.
De día es el rey de los bosques
habitando los claros y los valles.

Ella es joven o anciana a su antojo.
Sobre la barca de niebla navega.
Esférica dama plateada de medianoche.
Sombra matrona y mística.

El Señor y la Señora del Arte
Habitan las profundidades del espíritu.
Inmortales y siempre renacidos,
su voluntad ata o libera.

Así, bebe el vino de los Dioses Ancianos,
y danza y ama en su honor
hasta el día en que te recibirán
en la paz al fin de tus horas.

Haz aquello que deseas, este es el reto,
más a nadie dañes.
He aquí la ley única
que los Dioses te enseñan.


Bendiciones!

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