miércoles, 30 de diciembre de 2009

OTRA FORMA DE TRAZAR EL CIRCULO MAGICO

PREPARACIÓN DEL ALTAR Y DEL ESPACIO RITUAL
Construimos nuestro altar en el centro de lo que será nuestro círculo.

Metemos todos los elementos que utilizaremos en el ritual, sin olvidar ninguno.

Los elementos de la Diosa irán a la izquierda y los del Dios a la derecha.

Colocar flores o piedras para delimitar el círculo. Acomodar las velas que iluminarán nuestro círculo.

Este – Vela Amarilla – Elemento Aire
Sur – Vela Roja – Elemento Fuego
Oeste – Vela Azul – Elemento Agua
Norte – Vela Verde – Elemento Tierra

Acomodar el altar o herramientas, el Dios va a la derecha y la Diosa a la izquierda.

Después de acomodar el Altar caminamos en deosil y nos ubicamos en el Este, porque es por donde sale el Sol.

Prendemos la vela del Este y decimos:

"Aquí traigo la luz y el aire del Este, para iluminar mi templo y darle el respiro de la vida".

Caminamos hasta llegar al Sur, prendemos la vela del Sur y decimos:

"Aquí traigo la luz y el fuego del Sur, para iluminar mi templo y darle calor".

Caminamos hasta llegar al Oeste, prendemos la vela del Oeste y decimos:

"Aquí traigo la luz y el agua del Oeste, para iluminar mi templo y limpiarlo".

Caminamos hasta llegar al Norte, prendemos la vela del Norte y decimos:

"Aquí traigo la luz y la tierra del Norte, para iluminar mi templo y construirlo sobre bases sólidas y fuertes".

Caminamos en deosil y regresamos al altar. El templo ha sido levantado y procedemos a la creación del círculo y a las invocaciones.

Una vez levantado el templo, tomamos el athame (si no tenemos athame podemos usar la varita o el dedo índice de la mano de poder, que es con la que escribimos), caminando en deosil hasta el Este. Dirigimos nuestro poder personal o energía a través del athame (o varita o dedo de poder) visualizando como la energía sale de nuestro cuerpo y se dirige a través del instrumento usado, siguiendo el contorno del círculo y estirando ese punto de energía vamos dando la forma de esfera, tomando el tiempo necesario para la visualización. Mientras realizamos esto decimos:

“Yo te conjuro, círculo de poder, para que seas mi límite entre el mundo de los hombres y el mundo de los espíritus, un lugar de reunión para el amor y gozo verdadero. Escudo contra el mal, muralla de contención que me protegerá y conservará, junto con los poderes que anclaré en él. Te conjuro para que seas mi guardián y protector del poder que levantaré dentro hasta que decida liberarlo. Por eso, te bendigo y te consagro”.

Volvemos al centro del altar y decimos:

“Este es un tiempo que no es tiempo y un sitio que no es sitio. Estoy ante el umbral de dos mundos, ante el velo de los misterios. Que los Dioses me bendigan y me protejan, y me guíen a través de esta travesía mágica”.

Cuando hayamos terminado de dar la vuelta y nos encontremos otra vez en el Este tocamos el piso con nuestra mano de poder y decimos:

“El círculo ha sido creado y no será roto ni perturbado”.

Una vez que hemos creado energéticamente el círculo nos colocamos en el altar (ya sea sentados, de rodillas o parados) y decimos apuntando con el athame a nuestro corazón:

“Es mejor que me precipite sobre esta daga antes de entrar al círculo con temor en mi corazón.

Entro al círculo en perfecto amor y con perfecta confianza”.

Marcamos en nuestra frente con el aceite preparado el símbolo del pentagrama.

Colocamos la escoba en la entrada del círculo para proteger la entrada.

BENDICIÓN DE LA SAL
Tomamos la vasija con la sal con la mano receptiva (contraria a la que usamos para escribir), la ponemos sobre el pentáculo y con la mano de poder tomamos el athame y lo introducimos en la sal diciendo:

“Consagro esta sal en nombre de la Diosa Madre y del Dios Padre, y conjuro fuera de ella toda impureza, para que sea un elemento de purificación y protección y para que sea digna de estar en este círculo sagrado y purifique todo lo que toque”.

BENDICIÓN DEL AGUA
Tomamos el cáliz con el agua con la mano receptiva (contraria a la que usamos para escribir), la ponemos sobre el pentáculo y con la mano de poder tomamos el athame y lo introducimos en el agua diciendo:

“Consagro esta agua en nombre de la Diosa Madre y del Dios Padre, y conjuro fuera de ella toda impureza para que sea un elemento de purificación y protección y para que sea digna de estar en este círculo sagrado y purifique todo lo que toque”.

EXORCISMO DEL AGUA

Tomamos la vasija que contiene el agua con la mano receptiva y le dejamos caer tres pizcas de sal con la mano de poder, la ponemos en el pentáculo diciendo:

“Que la sal sagrada saque cualquier impureza del agua, para que sea digna de estar en el círculo sagrado y purifique todo lo que toque”.

TRAZADO DEL CÍRCULO CON AGUA Y SAL
Caminamos en deosil desde y hasta el Este y empezamos a rociar el agua diciendo:

“Con esta sal y esta agua, elementos de tierra y agua, limpio y purifico este círculo, para que sea digno de recibir a la diosa Madre y al Dios Padre, para que destierre toda negatividad y que sólo el amor pueda entrar a este círculo y que sólo amor salga de él. Nada que no haya sido llamado entrará en él y podré cumplir con los propósitos de este ritual”.

BENDICIÓN DEL FUEGO
Cuando hayamos rociado el agua salada por todo el círculo regresar al altar ponemos el incensario sobre el pentáculo, encendemos los carbones y ponemos la punta del athame en él diciendo:

“En nombre del Dios Padre yo te bendigo Fuego; se un elemento de purificación y protección de mi círculo”.

BENDICIÓN DEL AIRE
Con el incensario sobre el pentáculo, echar un poco de incienso, esperando a que empiece a sahumar. Ponemos la punta del athame en él y decimos:

“En nombre del Dios Padre yo te bendigo, aire, se un elemento de protección y purificación y dame tu amor y protección para trazar este círculo”.

Personalmente yo uso mirra y o copal, y mezclas de hierbas. La que más me gusta lleva: salvia, menta, pétalos de rosa, ruda, canela, cardamomo, albahaca, miel, semillas de manzana y laurel.

TRAZADO DEL CÍRCULO CON FUEGO Y AIRE
Caminamos en deosil desde y hasta el Este y empiezas a sahumar el borde del círculo diciendo:

“Con este incienso, elementos fuego y aire, limpio y purifico este círculo, para que sea digno de recibir a la Diosa Madre y al Dios Padre, para que destierren toda fuerza impura y negativa y que sólo el amor pueda entrar a este círculo y que sólo el amor salga de él”.

Una vez que haya trazado el círculo tres veces (energéticamente, con el agua salada y el incienso), regresas al altar, te hincas poniendo las palmas de las manos en la tierra y dices:

“El círculo ha sido creado, y no será jamás roto ni perturbado”.

INVOCACIONES A LOS GUARDIANES
Tomamos el athame y mirando hacia el Este levantamos el athame (o la mano de poder, si no tenemos varita) y decimos:

“Los invoco, espíritus y poderes del aire, energías de movimiento y evolución. Atalayas que miran hacia el Este del Universo, despierten a mi llamado, vengan y participen de mi rito”.

Mirando hacia el Sur levantamos el athame (o la mano de poder, si no tenemos varita) y decimos:

“Los invoco, espíritus y poderes del fuego, energías de fuerza y pasión. Atalayas que miran hacia el Sur del Universo, despierten a mi llamado, vengan y participen de mi rito”.

Mirando hacia el Oeste levantamos el athame (o la mano de poder, si no tenemos varita) y decimos:

“Los invoco, espíritus y poderes del agua, energías de vida y amor. Atalayas que miran hacia el Oeste del Universo, despierten a mi llamado, vengan y participen de mi rito”.

Mirando hacia el Norte levantamos el athame (o la mano de poder, si no tenemos varita) y decimos:

“Los invoco, espíritus y poderes de la tierra, energías de estabilidad y crecimiento. Atalayas que miran hacia el Sur del Universo, despierten a mi llamado, vengan y participen de mi rito”.

Ahora volvemos a bordear con el athame el círculo en deosil, comenzando desde el Este mientras decimos:

“Aire, fuego, agua tierra,
elementos del nacimiento astral,
los llamo ahora, vengan a mí.

En el círculo debidamente formado
seguro de maldición psíquica o arruinamiento,
los llamo ahora, vengan a mí.

Desde la cueva y el desierto, el mar y la colina,
por la varita, el cuchillo, la copa y el pentáculo,
los llamo ahora, vengan a mí,
Esa es mi voluntad, ¡que así sea!”

Mirando al cielo, frente al altar, levantamos el athame, lo besamos y prendemos una vela blanca, haciendo la figura del pentagrama de invocación con el cerillo y decimos:

“Invoco al Gran Espíritu de la naturaleza del cual todo está hecho, al poder del Centro del Universo. Energía Divina que das vida a todo cuanto existe, despierta a mi llamado y participa de mi rito”.

INVOCACIONES A LOS DIOSES
Frente al altar levantamos el athame y decimos la siguiente oración diciendo:

“Gran Madre, bendice estas criaturas de agua a tu servicio. Haz que recordemos siempre las aguas sagradas que brotan del caldero del renacimiento.

Gran Madre, bendice estas criaturas de tierra a tu servicio. Haz que recordemos siempre las múltiples formas que se esconden en su interior, que es de donde venimos y a donde un día debemos regresar”.

Prende la vela de la Diosa, que debe ser verde, blanca o plateada y dí la siguiente oración:

“Señora de la Luna y las mareas, Diosa de los diez mil nombres, te rindo honor, porque con el agua y la tierra yo soy”.

Frente al altar levantamos el athame y decimos la siguiente oración diciendo:

“Gran Padre, bendice a estas criaturas de fuego a tu servicio. Haz que recordemos siempre el fuego sagrado que danza en el interior de todas las criaturas.

Gran Padre, bendice a estas criaturas de aire a tu servicio. Ha que recordemos siempre los vientos sagrados que traen hasta nosotros las voces de sabiduría y aliento”.

Prende la vela del Dios, que debe ser amarilla o dorada y dí la siguiente oración:

“Señor de los campos y las montañas, te rindo honor, porque con el fuego y el aire yo soy”.

Toma el vino y vacíalo en el cáliz diciendo:

“Amados Dioses, que éste sea el símbolo de su amor y alimento que se derrama sobre mi”.

Sosteniendo el athame sobre el cáliz di:

“La unión del Padre y de la Madre me bendice y renueva, sean uno conmigo”.

Toma un trozo de vino y de pan, déjalo en un plato sobre el altar.

Ahora reza la siguiente oración:

“Bienvenidos sean Diosa Madre y Dios Padre. Esta humilde hija suya agradece infinitamente que lo honren con su presencia en este círculo mágico en este ritual. El círculo está sellado por el poder de los Dioses y Guardianes. Que estos me guíen y me protejan”.

REALIZACIÓN DEL RITUAL
Este es el momento de realizar el ritual, hechizo o meditación escogidos.

CONO DE PODER
Aquí puedes cantar, bailar, tocar el tambor, la campana una flauta, o cualquier cosa que se te ocurra.

Puedes recitar lo siguiente:

“Noche oscura, clara luna
escuchad de mí las runas.

Este al Sur, Oeste al Norte,
venid, venid hasta mi corte.

Tierra y Agua, Aire y Fuego,
con el poder y potestad,
os invoco y os ordeno,
a que hagáis mi voluntad.

Por los poderes de tierra y mar,
obedecedme, afuera el mal.

Varita, pentáculo y espada,
adentro todo, afuera nada.

Cordón, incienso y mi cuchillo,
traedme fuerza, de luz el brillo.

Poderes todos de esta mi hoja,
el mal rechace, el bien escoja.

Reina del día y de la noche,
a esta mi magia ponle tu broche.

Y tú, el que cazas en el manglar,
dale tu fuerza a mi ritual.

Por los poderes de Luna y Sol,
yo siempre venzo con el valor.

Por los poderes de tierra y mar,
lo que deseo ha de pasar.

Por mi fuerza y mi derecho,
tanto arriba como abajo
el hechizo ya está hecho.”

Visualiza como la energía que generas se eleva hacia el cielo inundando todo de multicolor.

CENTRADO Y ASENTADO
Luego de realizado el ritual, y para bajar a tierra la energía generada es conveniente hacer algo que se llama Centrado y Asentado.

Lo hacemos colocando las palmas de las manos y de los pies sobre el piso y visualizamos como toda la energía que hemos acumulado en exceso para el hechizo vuelve a nuestra madre tierra.

BANQUETE
Este se hace particularmente en los Sabbats. Se consagran los alimentos, las bebidas y las ofrendas a los Dioses.

Colocamos la bebida en una copa o cáliz, y la ponemos sobre el pentáculo mientras decimos:

“Señor de cosecha, señora de la fertilidad, bendigan estas bebidas que les presento en su honor”.

Presentamos sobre el pentáculo el plato con los alimentos mientras decimos:

“Señor de la cosecha, señora de la fertilidad, bendigan estos alimentos que les presento en su honor”.

Ahora presentamos el plato de ofrendas que dejaremos a los Dioses y Guardianes y oramos lo siguiente:

"Aunque soy una bruja solitaria, sé que en realidad nunca estoy sola. Les devuelvo un trocito del alimento de vida nacido de su amor en humilde agradecimiento por sus numerosos regalos y bendiciones. Que los Dioses, los Guardianes, el Espíritu, los elementales y todas las criaturas puedan participar y disfrutar de él".

Si deseamos hacerlo, podemos ingerir aquello que hemos ofrecido a los Dioses. Les guardamos algo a ellos y en mi caso particular me gusta ponerlo bajo un arbolito, aún cuando haga rituales dentro de casa.

Si estás al aire libre, pon las ofrendas en el suelo. Si estás en un espacio cerrado, espera a terminar el ritual para recoger la ofrenda y poder ponerla después al aire libre.

Ahora puedes comer la porción del banquete que desees; también puedes sentarte en silencio y meditar sobre el ritual que acabas de realizar. Seguidamente, realiza la despedida y apertura del círculo.

APERTURA DEL CÍRCULO

DESPEDIDA DE LOS DIOSES
Nos ubicamos en el centro del círculo y decimos mientras tocamos con el athame la vela de la Diosa:

“Diosa Madre, Señora de la Luna, Diosa de los diez mil nombres te doy las gracias por venir a mi círculo y compartir este momento conmigo, también te doy las gracias por velar por mi, por guardarme y guiarme en todo. Bendita seas Gran Madre. Feliz partida y feliz reencuentro”.

Apagamos la vela de la Diosa.

Decimos mientras tocamos con el athame la vela del Dios:

“Dios Padre, Señor del Sol, te doy las gracias por venir a mi círculo y compartir este momento conmigo, también te doy las gracias por velar por mi, por guardarme y guiarme en todo. Bendito seas Gran Padre. Feliz partida y feliz reencuentro”.

Apagamos la vela del Dios.

Decimos:

“Graciosa Diosa y Amante Dios, les doy las gracias por haber compartido conmigo este círculo, y por haber derramado su poder sobre mi. Que siempre permanezcamos unidos en su amor y bajo su manto de protección. Feliz partida y feliz reencuentro”.

DESPEDIDA DE LOS GUARDIANES
Comenzamos despidiendo al Gran Espíritu de la Naturaleza, del cual todo está hecho. Nos situamos frente al altar, tocamos con el athame la vela del espíritu mientras decimos la siguiente oración:

“Te agradezco y bendigo, Gran Espíritu de la Naturaleza, del cual todo está hecho, poder del centro del universo. Quédate conmigo ahora y siempre”.

Apagamos la vela del Espíritu.

Continuamos el norte y caminando en Widdershins decimos:

“Partan en paz, espíritus y poderes de la Tierra, atalayas que miran hacia el Norte del universo. Agradezco su presencia y protección por haber acudido a mi llamado y haberme hecho el honor de acompañarme en esta celebración. Reciban mi agradecimiento y bendiciones por haber cuidado y cargado este círculo con sus poderes. Los despido en paz, feliz partida y feliz reencuentro”.

Apagamos la vela del Norte y dibujamos con el athame un pentagrama de despedida.

Continuamos con el Oeste diciendo:

“Partan en paz, espíritus y poderes del Agua, atalayas que miran hacia el Oeste del universo. Agradezco su presencia y protección por haber acudido a mi llamado y haberme hecho el honor de acompañarme en esta celebración. Reciban mi agradecimiento y bendiciones por haber cuidado y cargado este círculo con sus poderes. Los despido en paz, feliz partida y feliz reencuentro”.

Apagamos la vela del Oeste y dibujamos con el athame un pentagrama de despedida.

Continuamos con el Sur diciendo:

“Partan en paz, espíritus y poderes del Fuego, atalayas que miran hacia el Sur del universo. Agradezco su presencia y protección por haber acudido a mi llamado y haberme hecho el honor de acompañarme en esta celebración. Reciban mi agradecimiento y bendiciones por haber cuidado y cargado este círculo con sus poderes. Los despido en paz, feliz partida y feliz reencuentro”.

Apagamos la vela del Sur y dibujamos con el athame un pentagrama de despedida.

Continuamos con el Este diciendo:

“Partan en paz, espíritus y poderes del Aire, atalayas que miran hacia el Este del universo. Agradezco su presencia y protección por haber acudido a mi llamado y haberme hecho el honor de acompañarme en esta celebración. Reciban mi agradecimiento y bendiciones por haber cuidado y cargado este círculo con sus poderes. Los despido en paz, feliz partida y feliz reencuentro”.

Apagamos la vela del Este y dibujamos con el athame un pentagrama de despedida.

Estando todavía en el altar, nos hincamos con una rodilla mientras ponemos las palmas de las manos hacia la tierra y decimos:

“Así como entré a este círculo con amor, salgo de él de la misma manera. Que se me permita difundir este amor con todo aquel que me encuentre.

El círculo está abierto pero su protección quedará siempre alrededor y por medio de mí, que por ahora el poder que se me ha conferido regrese con la Madre Tierra”.

Mirando a cada punto cardinal con el athame abrimos el círculo en widdershins, comenzando por el norte. Visualizamos como descorremos la energía que desplegamos en un principio, la cual debe regresar al athame mientras decimos:

“Por la Tierra que es su cuerpo (norte), por las Aguas de vida de su vientre (oeste), por el Aire que es su aliento (sur) y por el Fuego de su espíritu brillante (este), el círculo es abierto más nunca roto, siempre será un círculo en el cual reinará la alegría y el amor de la Diosa y el poder del Dios. Feliz encuentro, feliz partida y feliz reencuentro. Así sea!

El círculo ha sido abierto, más nunca roto ni perturbado”.

Hacemos un último pentagrama en el aire con el athame de despedida.

Recién ahora podemos salir del círculo. Antes no es recomendable dejarlo.

Bendiciones!

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