sábado, 4 de abril de 2009

OSTARA

Las energías de la naturaleza cambian sutilmente, de la inactividad del invierno a la exuberante expansión de la primavera.

La Diosa cubre a la tierra de fertilidad, saliendo de su sueño, mientras el Dios crece hasta la madurez. Pasea por los verdes campos y se deleita en la abundancia de la naturaleza.

En Ostara las horas del día y de la noche son iguales, la luz está reemplazando a la obscuridad; la Diosa y el Dios incitan a las criaturas salvajes de la Tierra para que se reproduzcan.

Este es un tiempo de comienzos, de acción, de sembrar hechizos para futuras ganancias y cuidar jardines rituales.

Bendiciones!

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