jueves, 14 de mayo de 2009

DEMETER Y PERSEFONE: EL MITO DE LA TRANSFORMACION CICLICA

Este mito es una de las bases de los Misterios de Eleusis, del cual se cuenta su significado a quienes se inician en ellos y es la explicación del cambio estacional de la vegetación.

Como Diosa Madre, Deméter engendra a su Hija junto con la creación simbolizada en la primavera y la agricultura. Ambas viven juntas poniendo en marcha los ciclos de vida cósmica, vegetal, animal, humana. La Hija recibe las iniciaciones de la Madre para que colme de poder y sabiduría esos ciclos, ejerciendo como protectora de las leyes de la Diosa Madre. A medida que crece y madura, la Hija comienza a alejarse de la Madre. Recorre distintos lugares animando la creación y por donde ella camina todo crece y florece.

Hades era considerado feo, y su condición de rey de los infiernos no lo ayudaba tampoco a conseguir una compañera. Igualmente, como todos los Dioses, deseaba casarse.

Un día salió al monte Erix. En los campos del Etna vio a una joven muy hermosa, Perséfone, recogiendo flores silvestres, acompañada de algunas ninfas. Ella nunca había pensado en el matrimonio. Su mayor goce era aspirar el perfume de las flores en primavera.

Hades quedó perdido por ella y decidió hacerla su esposa. Pidió permiso a Zeus, padre de la joven. Zeus temía ofender a su hermano y le concedió su mano, pero también sabía que Démeter se negaría a dejar partir a su hija. Por esta razón, le aconsejó a Hades que la secuestrara, y lo ayudó a preparar el plan.

Mientras ella, junto a sus amigas, contemplaba narcisos en una pradera de Sicilia, él hizo brotar del suelo una flor hermosísima (un narciso, o quizás un lirio) que atrajo la mirada de Perséfone. Cuando ella quiso arrancarla, el suelo se abrió y de él surgió el propio Hades en su carro, que tomó a la joven y la llevó a su palacio. Estando en el infierno, se casó con ella.

Démeter comenzó allí la búsqueda de su hija desaparecida. La Diosa recorrió todo el mundo tratando de encontrarla a ella o al menos a alguien que le dijera dónde se encontraba.

Toda esta peregrinación de Démeter la agotó a tal punto que provocó el agotamiento y esterilidad de toda la tierra.

Sigue vagando por la tierra durante nueve días y nueve noches, sin dormir, sin asearse ni alimentarse, con una antorcha en cada mano, preguntando en vano a todos por su hija.

El décimo día encuentra a Hécate, quien una mañana ha oído a Perséfone gritar -"¡¡ Socorro, me secuestran, socorro !!". Lamentablemente, al salir de su casa no logró ver quien era su raptor ya que iba envuelto en las sombras de La Noche. Escuchar esta noticia le provoca más angustia todavía.

No quiso volver con los dioses, ni ocuparse de sus funciones. Adoptó la figura de una anciana y se dirigió a Eleusis.

Se sentó a descansar sobre una piedra, que en adelante sería conocida como "piedra sin alegría". Desde allí se dirigió al palacio de Céleo, rey del país. Un grupo de ancianas que estaban en ese lugar la invitaron a sentarse con ellas, y una, Yambe, logró hacerla sonreír con sus bromas y versos obscenos.

Entró al servicio de la esposa de Céleo, Metanira, como nodriza de su hijo menor, Demofonte.

Otro hijo de Céleo, Abas, se rió de ella porque según él, bebía mucho. Démeter enojada lo convirtió en lagartija. Luego, molesta por el acontecimiento, decidió compensar el daño causado volviendo inmortal a Demofonte. Para lo cual debía sostenerlo sobre el fuego para consumir en él toda su humanidad. En medio de tal operación Metanira entró en la habitación y al ver a su hijo colgado de una pierna, sobre el fuego, pegó un grito que desconcentró a Démeter, rompió el hechizo sobre el niño y éste murió. La pobre madre no pudo controlarse y llorando se lamentaba por su gran desgracia, la muerte de dos de sus hijos.

Démeter se dio a conocer entonces y le dijo a Céleo, que todavía tenía tres hijos, entre ellos a Triptolemo, a quien ella le daría una misión y muchos dones para compensar por la muerte de los otros niños.

Fueron entonces llamados los tres hijos de Metanira y Céleo. A Triptolemo se le encomendó la misión de difundir por el mundo el cultivo del trigo. Los otros dos hijos, para alivio de Démeter, habían presenciado el secuestro de Perséfone. Con los datos que ellos le aportaron fue en búsqueda de Hécate y con ella se presentaron ante Helios, que todo lo ve. Él reveló a Démeter toda la historia. Y ella muy enojada por lo sucedido decide no volver al Monte Olimpo y abdicar su función divina hasta que le devolvieran a su hija.

El voluntario destierro de Démeter volvía a la tierra estéril, impedía que los árboles tuvieran frutos y que las hierbas crecieran, a tal punto que amenazaba a la raza humana con la extinción.

Los Dioses estaban preocupados con esta alteración del orden del mundo y mandaron regalos de reconciliación y pedidos a Démeter para que volviera a ocupar su puesto. Ella se negó mientras no le devolvieran a su hija. Entonces Zeus ordena a Hermes enviar dos mensajes. Uno a Hades para que restituya a Perséfone porque si no estarían todos perdidos. Y el otro a Démeter informando que sería devuelta su hija siempre y cuando ella no hubiera probado nada de la comida de los muertos. Quien prueba bocado de las plantas que crecen en el infierno, no podrá dejar nunca más ese lugar.

Pero Perséfone ya había comido una granada (hay quienes dicen que su astuto marido se encargó de eso, y otros que dicen que en realidad no comió nada y que esto fue un invento de él), y Ascálafo, un ayudante de Hades, y además un chismoso, se encargó de difundir la noticia.

Ante tal problema, Perséfone debería permanecer con su marido, pero Démeter se negó a retornar al Olimpo y a retirar su maldición a la tierra mientras no pudiera estar con su hija.

Para contentar a todos, Zeus y Rea (madre de ambas partes) lograron arbitrar en la pelea. Démeter volvería a sus funciones, Perséfone pasaría parte del año con ella, y otra parte con su marido como reina de los muertos. Hécate sería la encargada de cuidar de la joven y de que el convenio se cumpliera.

Antes de volver al Olimpo, Démeter enseñó a Triptolemo, sus hermanos y otros que la ayudaron durante la búsqueda, la manera de practicar su culto y los inició en sus misterios. También se encargó de castigar a Ascálafo convirtiéndolo en un búho.

Durante el tiempo que Perséfone está con su marido en el mundo de los muertos, la tierra es estéril. Es la estación triste del invierno. Cada primavera, cuando Perséfone sube a los cielos para reencontrarse con su madre, la tierra se llena de plantas y flores para recibirla.

En la cantidad de meses que se repartirían cada uno, los distintos autores han expresado distintas proporciones. Hay quienes dicen que es 6 meses con cada uno, otro que son 3 en el Hades y 9 con su madre. Las variadas versiones se deben al lugar en el que se encontraban los autores. Ya que se marca el descenso y ascenso de Perséfone con el cambio estacional de las plantas, y eso, según el lugar del planeta en que uno se encuentre ocurrirá en momentos distintos.

Samhain es el momento de venerarla como Reina de los Muertos, estando junto a su marido. Sería, entonces, Ostara cuando ella regresa junto a su madre y la tierra festeja su llegada.
Bendiciones!

2 comentarios:

Fernando dijo...

Conocía el relato. Me ha encantado tu descripción.

Fernando dijo...

Conocía la historia. Me h encantado tu relato.