martes, 17 de mayo de 2011

EL ROMERO

Tónico, estimulante, sedante y curalotodo.

Pero el romero, es una planta extraordinaria cuyos beneficios son conocidos universalmente y desde siempre.

Se han encontrado ramitas de romero en tumbas egipcias; en Atenas, al igual que en Roma, era una planta sagrada, y el mismo Horacio alaba sus propiedades mágicas. Mucho más prácticos y prosaicos, Galeno y Dioscórides lo recetan en las enfermedades del hígado y del estómago; tras ellos, los árabes lo usaron abundantemente y descubrieron el modo de extraer su aceite esencial por destilación.

Mucho más tarde, en los siglos XVI y XVII, y en razón a su suave perfume, su agua hizo furor en la corte de Francia.

El romero, entraba en la composición del famoso “opodeldoch” de Paracelso, con el que lo curaba todo, y actualmente se sigue utilizando en la cocina y es una especia indispensable, sobre todo en los países de Sudamérica y de la zona del Mediterráneo, para dar un toque de sabor especial a determinados guisos, a la vez que contribuye a activar la digestión.

Sinónimos

Romaní, romer (catalán); romarin, rose marine, herbe aux couronnes, encensier (francés); rosemary (inglés); romeiro, alecrim (portugués); Rosmarin (alemán); rosmarino (italiano).

El romero es un arbusto leñoso siempre verde que puede alcanzar hasta dos metros de altura formando matas muy ramificadas y espesas. Sus hojas son lineales, opuestas, coriáceas y con los bordes doblados hacia el envés, de color verde oscuro en la parte superior y blanquinoso en la inferior a causa de una pelusilla que las recubre, lo mismo que a las ramas jóvenes, aunque estas luego la van perdiendo y se vuelven leñosas.

En la unión de las hojas con las ramas nacen unos pequeños ramilletes de florecillas de color azul o violeta y la planta florece durante casi todo el año. Toda la planta posee un olor aromático y penetrante característico, algo amargo y picante.

Las hojas y las sumidades floridas pueden recolectarse durante todo el año, pero normalmente se hace en tiempo cálido y soleado y se ponen a secar sobre cañizos a la sombra y con buena ventilación o bien en secadero a una temperatura máxima de 15°C.

El romero crece en terrenos áridos y secos y es una planta extremadamente fuerte y austera. Si se la trasplanta a un jardín, no pierde su vitalidad pero sí parte de su fortaleza.

Sin que sea una panacea como se ha pretendido tantas veces, no puede negarse que el romero posee muchas virtudes, y tiene aplicación en el tratamiento de multitud de dolencias.

Externamente se emplea como antiséptico, como cicatrizante y, en solución alcohólica, como antirreumático. Tiene un efecto altamente rubefaciente sobre la piel. Se le atribuyen propiedades estimulantes del crecimiento del cabello, por lo que interviene en la composición de tónicos capilares. Se utiliza asimismo en la elaboración de jabones, desodorantes, cosméticos y perfumes.

Por vía interna se utiliza como estimulante aromático, es digestivo y presenta propiedades diuréticas. Por otra parte, es sedante y se emplea en neuralgias, mialgias y estados de debilidad.

También posee una reconocida acción colerética y diurética, de modo que es beneficioso en las afecciones hepáticas, la ictericia y los trastornos renales, así como en todas molestias derivadas de un exceso de ácido úrico, como el reumatismo y la gota.

La esencia le confiere propiedades balsámicas, por lo que se emplea en afecciones respiratorias. Por último, se utiliza como condimento y también en licorería, así como para obtener su aceite esencial.

Se usa en forma de infusión, decocción, vino, tintura y aceite.

Infusión

Se pone a calentar un litro de agua y cuando rompe a hervir se le añaden 40 a 50 gramos de romero; se retira del fuego, se tapa el recipiente y se deja reposar durante 15 minutos, tras lo cual se cuela el líquido.

De esta infusión se toma una taza en ayunas y otra antes de cada una de las dos comidas principales, pero nunca inmediatamente antes de acostarse, ya que al ser estimulante ahuyenta el sueño, aún cuando simultáneamente calme los nervios.

Para uso interno está indicada en todas las afecciones citadas, y en uso externo para el lavado de llagas. Lo mejor es hacerlo dos veces diarias, preparándola de nuevo cada vez (para ello se reducen las proporciones a 4-5 gramos de romero por 100 cc. de agua); luego se cubre la llaga con una gasa estéril y se protege.

Decocción

Se prepara en las mismas proporciones, pero dejando hervir durante 10 minutos.

Se usa en compresas contra el reumatismo y en lavados vaginales contra las pérdidas blancas.

Un litro de decocción vertido en el agua del baño es de efectos sorprendentes.

Vino

Durante 24 horas se deja macerar en la oscuridad un litro de buen vino blanco al que se han añadido 50 gramos de romero.

Se toma una tacita de vino por la mañana y otra por la tarde, como diurético.

Tintura

Durante diez días se dejan macerar 250 gramos de romero en un litro de alcohol de 70°, removiendo a diario el líquido. Se cuela.

Con un lienzo, se exprimen los residuos, y por último, se pasa por papel de filtro.

Se toman 20-30 gotas en un poco de agua antes de las comidas; también se usa en fricciones contra el cansancio, los músculos doloridos y el reumatismo. En este caso se cambia el alcohol a 96º. Su único inconveniente es que mancha los tejidos.

Aceite

Durante media hora se tienen al baño María 100 gramos de romero en un litro de aceite de girasol; se filtra el líquido y se añaden 10-20 gramos de alcanfor, agitando hasta la disolución completa.

Se emplea en masajes contra el reumatismo y para tonificar los músculos de los deportistas.

Observaciones

Conviene advertir, de todos modos, que debe tomarse a pequeñas dosis, y por tiempos limitados, pues a dosis altas es tóxico y puede causar irritación renal.

No se recomienda su empleo durante el embarazo.

Además, en uso externo, puede causar dermatitis en los individuos hipersensibles.

Bendiciones!

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