
Cualquier hechizo o ritual que se lleve a cargo entonces estará cargado de mucho poder
Cuando se acerque tormenta, debemos proteger la casa y a los que habitan en ella. Para ello, encenderemos una vela de color blanco (también puede servirnos una de color amarillo) y la colocaremos en el lugar más importante de la casa, bien sea un altar o el centro del hogar.
Seguidamente, caminaremos alrededor del interior de la casa, habitación por habitación, cantando las palabras mágicas abajo escritas, mientras visitamos cada armario, cada rincón, lavabo y cada puerta y cada entrada, al menos una vez:
"Ama de la lluvia suave,
amo de la tormenta,
cuídame del mal y del miedo,
protégeme del daño.
Y, mientras el fuego vuela a través del aire
y las gotas de lluvia golpean con fuerza,
cuida a los seres queridos que están conmigo
hasta que la tormenta haya pasado.
Viento, viento,
cuida a mi familia.
Llama, llama,
no me lastimes.
Lluvia, lluvia,
desaparece pronto.
Tierra, tierra,
cuida mis intereses.”
Con este ritual, la casa esta sellada y protegida hasta que la tormenta se aleje y/o se desvanezca.
Este es uno de los pocos hechizos de la Magia de las Tormentas que aún se conservan y está extraído de uno de los libros de Scott Cunnigham.
En la Antigüedad, magos y brujas trabajaban mucho con el clima bien fuese con la niebla, la lluvia, los vientos o las tormentas.
Benciones!
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