viernes, 13 de marzo de 2009

WICCA Y MAGIA: LA ETICA DE LA INFLUENCIA

Para los antropólogos, la magia es el sistema de creencias que sostiene la posibilidad de influir en los hechos ordinarios, mediante actos extraordinarios. Para el wiccano, la magia es una realidad que nos rodea cada día.

La realidad no se influye solo con trabajos mágicos, sino también con actos. Un trabajo mágico es una ayuda para que nuestra mente enfoque sus energías.

Esto es algo que cuesta mucho aprender a los que estamos recién iniciando en Wicca, deseosos de ejercitar nuestras artes mágicas en cualquier oportunidad que se presente. Pero antes de saltar a trazar círculos mágicos y realizar hechizos, debemos estudiar bastante lo que estamos por hacer.

Como regla de oro, siempre tenemos que considerar si el acto mágico está justificado, es decir, si realmente se necesita. No se puede malgastar indiscriminadamente la energía. Como regla adjunta debemos contemplar desde todos los ángulos la situación en la que deseamos influir. ¿Hay alguien a quien podemos perjudicar con nuestros actos? ¿Estamos intentando influir en alguien sin su permiso? ¿Estamos violando algún punto fundamental de Wicca?

Una situación típica es la eterna pregunta sobre los hechizos amorosos. La respuesta a esto es que no importa lo bien que nos parezca la unión de dos personas, finalmente estamos obrando sobre la voluntad de al menos una de ellas, lo cual viola la ética de la responsabilidad, y cuyas consecuencias a largo plazo no podemos medir. La solución a esta eterna pregunta es NO, no deberíamos realizar hechizos amorosos.

Otra pregunta muy común es qué pasa si queremos ayudar a un amigo que está mal en algún aspecto de su vida. La respuesta es la misma que en el caso anterior: no podemos influir mágicamente sobre las decisiones de nadie sin su permiso.

Otra pregunta muy común es qué pasa si queremos ayudar a un amigo que está mal. La respuesta es la misma que en el caso anterior: no podemos influir mágicamente sobre las decisiones de nadie sin su permiso. En el caso de enfermedades esto es más complicado aún. No sabemos si de influir se puede revertir alguna sitación kármica, por lo que no podemos por ejemplo tratar de curar a un enfermo de cáncer por muy altruísta y "bueno" que ésto sea.

Otra cuestión que genera dudas es la de la contramagia. Porque el hecho de que nosotros nos guiemos por una cierta ética no garantiza que otros lo hagan. ¿Cuál es la actitud que deberíamos tener en el caso de un ataque mágico? Primero, tener en cuenta que estos ataques son menos comunes de lo que a más de uno le gustaría creer. El motivo por el que aclaro ésto es que muchos que se autodenominan magos y viven de esta "profesión" utilizan el hecho del ataque psíquico como caballito de batalla para incautar gente. De todas formas, si realmente existe dicho ataque sobre nuestra persona, podríamos decir que estamos en nuestro derecho de contra-atacar con igual virulencia, si no aumentada. Pues no. Lo correcto en éste caso sería simplemente el realizar un ritual de defensa, y dejar que el karma se encargue de darle al culpable su merecido.

Como vemos, el tema de la magia no es algo tan sencillo como calzarse un bonete y guiar una escoba para que haga nuestro trabajo. Y ésta imagen tan conocida es también una advertencia para aprender a medir las consecuencias de nuestros actos antes de actuar.

Muchos practicantes dicen que en verdad no realizan otros actos mágicos fuera del trazado ritual del círculo. Y esto se debe a que aprendieron a ver la magia en todo lo que nos rodea, tanto sea el ciclo de la vida que se desarrolla a nuestro alrededor como en la maravilla de las leyes naturales.
Estos pocos son los que finalmente aprendieron que la mejor influencia sobre la realidad es la acción cotidiana.

Bendiciones!

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