
El vuelo de las aves ha seducido al ser humano desde los más remotos tiempos, y su arquetipo le ha impulsado hasta desarrollar la aeronáutica y la astronáutica. Muchos reinos han adoptado al águila como tótem fundador,
El vuelo del ave simboliza la visión elevada, la capacidad de ver más y más lejos, de alzarse por encima de lo “terrestre”, una transformación total desde lo terrenal material hasta lo aéreo etéreo.
Todos los símbolos de aves apuntan a la sabiduría y a la culminación del proceso de individuación y espiritualización.
La grulla china es un trasunto de la ley del Cielo, a la que debe apuntar la transmutación final. Tocarse con plumas indica que uno ha surgido vencedor de la ordalía suprema.
El ave transforma lo instintivo y transmuta la angustia por la supervivencia en optimismo sereno.
La lección del ave es: nuestro recorrido por la vida aspira a la máxima elevación, al conocimiento de lo Alto; debemos alzar nuestra mirada al Cielo para, al conocer su Ley, transmutar nuestras aspiraciones terrestres en inspiración y acción fructífera. El ave simboliza que pertenecemos a lo Alto pero que lo sublime está al servicio de quien desde abajo reclama los frutos celestes.
Bendiciones!
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