sábado, 26 de septiembre de 2009

OSO

(La sabiduría práctica enraizada en la tierra y la introspección meditativa)

El oso es una criatura dotada de gran fuerza, que el ser humano ha deseado adquirir. Además de fuerte, es también hábil, El oso posee el don de la sabiduría práctica y del goce de la vida, como rascarse la espalda en un árbol, y su caminar plantígrado le hace estar bien enraizado en la tierra, lo que no le impide trepar en busca de una presa elusiva.

Pero además de todo ello, el oso es un animal que inverna, y es por tanto capaz de retirarse al fondo de una cueva y dormir una buena temporada. Durante el invierno, cuando la Reina del Hielo domina la tierra, el oso entra en la cueva para digerir las experiencias del año. Ningún otro mamífero realiza esa función, y por eso representa la capacidad de introspección.

Por ese motivo el oso está asociado a la introspección meditativa, al mundo de los sueños y a la capacidad de trascendencia: trascender la ilusión de la realidad física para acceder a la expansión de la eternidad.

El poder del oso es entrar en la Cabaña de los Sueños para hallar caminos alternativos para nuestros objetivos. Pero ese gran poder sólo puede ser ejercido a partir de una gran capacidad de enraizamiento.

Palabras clave: enraizamiento, realismo práctico, prudencia, tino, autodominio, introspección, digestión de las experiencias, abandono al sueño visionario, trascendencia.

La lección del oso es: para llevar una vida significativa no basta con conquistar nuestros objetivos y asumir la vida social. Estamos llamados a descubrir la trascendencia a través de la introspección meditativa y con ella, armonizarnos con el mundo de los sueños que representan a nuestro inconsciente. Pero es condición para la transformación meditativa trascendente estar dotado de raíz, realismo y sabiduría práctica. Si no, corremos el riesgo que resultó fatal para Ícaro: que nuestras alas artificiales de cera se derritan al contacto con la luz. Oso fue más sabio que él, y tomó un camino más prudente, al desconfiar de la luz cegadora y optar por el vacío como el sabio taoísta o el meditador .

Bendiciones!

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