lunes, 14 de septiembre de 2009

CELEBRACIONES DE DIA DE MUERTOS EN MEXICO

El sonido de la lluvia, el olor de la tierra mojada, el calor del fuego, el color del cielo arrebolado en la tarde y el sabor del café caliente: sensoriales experiencias que guardamos y nos acompañan a través del recorrido por la vida terrena que transitamos.

Pero no siempre es así. Algún día, tarde o temprano, cruzamos el umbral que divide la vida y la muerte, y entonces cambia nuestra percepción del mundo tal y como lo conocemos.

Y el rojo después del rojo es un color quizás más sorprendente que cualquiera de las tonalidades que se hayan visto o pensado jamás, los sonidos más graves quizás se hacen audibles y descubrimos la belleza escondida de los olores ocultos a nuestro débil olfato terrestre... o tal vez, muy probablemente ni siquiera son nuestros sentidos, vista, oído, olfato, gusto y tacto, necesarios ante las nuevas experiencias sensoriales que registran aquellas áreas que nuestra alma nunca utilizó mientras la vida fluía día a día.

¿Qué experiencias se manifiestan en ese momento? ¿Qué texturas nuevas aprendemos? ¿Qué sentidos nuevos descubrimos? Hasta ahora, nadie nos ha de dar respuesta a esas preguntas, tan inquietantes como antiguas para las culturas precolombinas.

Pero hay un momento donde la simple creencia se confunde con la fe, un momento mágico en el que el más allá y nuestro mundo se reconcilian, y el llanto y el dolor sufridos ante la irremediable pérdida del ser querido se transforma, y se vuelven a unir la carne y los espíritus, el mundo de los vivos y el reino de los muertos, color, magia, tradición y misticismo vertidos en una de las fiestas más celebradas por los mexicanos: El día de muertos.

La ofrenda del día de muertos es la esperanza viva de convivir al menos por un día con quienes desde lejos, de un lugar muy lejano y remoto, se les permite regresar a la tierra, aquí, a esta tierra de sabores, olores, colores, sonidos y texturas... donde tienen que reaprender los sentidos y experiencias que ya no les son útiles, o al menos, compartir con nuestros elementos, aquellos que seguramente también tuvieron alguna vez como nosotros, y es nuestra forma, única posible conocida, de asegurar la comunión en la festividad.

Por eso el color amarillo de la flor de xempoaxúchitl, para que puedan verlo con su mínima vista, y es entonces el camino de flores la guía primera que conduce al convite en la casa, donde el altar espera su llegada. Y necesario es también reconocer el olor de la propia casa, para que se sientan a gusto, para que se identifiquen y puedan disfrutar la estancia en el lugar de sus recuerdos. Por eso se recurre al uso del saumerio o inciensario, que debe ser encendido desde la propia casa y fundir ambos olores, para luego ser llevado al exterior, y así evitar que se pierda en el camino que ha de traerle de vuelta al hogar. Se dice además que el olfato es el único de los sentidos que se utilizan en el más allá, y se desarrolla para facilitar el regreso guiado por el aroma de la propia vivienda.

Pero no es solo el recuerdo de los sentidos y la vida terrena lo que permite la comunión. Es también necesario recordarles el mundo tal y como ellos lo conocieron, el mundo que abandonaron, tan lleno de materia, tan sensorial.

Se requiere la presencia entonces de los cuatro elementos con los que todo está formado, en conjunción: Agua, tierra, viento y fuego. Ninguna ofrenda puede estar completa si falta alguno de estos elementos, y su representación simbólica es parte fundamental de la ofrenda.

El agua, fuente de vida, en un vaso para que al llegar puedan saciar su sed, después del largo camino recorrido. El pan, elaborado con los productos que da la tierra, para que puedan saciar su hambre. El viento, que mueve el papel picado y de colores que adorna y da alegría a la mesa. El fuego, que todo lo purifica, y es en forma de veladora como invocamos a nuestros difuntos al encenderla y decir su nombre.

Luego, presentar los manjares que se preparan especialmente es el ágape en mayor esplendor de toda la fiesta. Dependiendo de los recursos y la zona geográfica, rondan los tamales y los buñuelos, el café y el atole, los frijoles y las corundas, el mole y las enchiladas, comida que el difunto acostumbraba y "que no se te vaya a olvidar aquel guisado que tanto le gustaba a tu abuelo, ya ves que siempre se lo hemos puesto en su altar". Hay que servir los alimentos calientes, para que despidan más olor, y puedan así disfrutar del banquete.

No puede faltar la foto de la abuela, el sombrero del tío o la sonaja con la que el bebe no jugó. Calaveras de azúcar con los nombres de los convidados y calabaza en tacha, dulce típico de la época. Imágenes de santos, para que los acompañen y guíen por el buen camino de regreso.

Para los niños, dulces y fruta, para los adultos, cigarros y tequila. Para todos, la esperanza de tenerlos en la mesa una vez más, compartiendo un breve instante de tiempo, de nuestro tiempo como nosotros al fin lo conocemos...

En México más que una festividad Cristiana es una celebración donde se mezclan tanto la cultura prehispánica como la religión católica, donde el pueblo Mexicano logró mantener sus antiguas tradiciones vivas.

Dentro de éstas tradiciones se mezclan sentimientos contrastantes, como lo son el dolor de perder a un ser querido, unidos al colorido de la fiesta y la diversión.

La festividad del día de los muertos de divide en dos partes, la primera el día de todos los santos celebrada el 1 de Noviembre y la del día de los muertos del día 2 de Noviembre:

Día de Todos los Santos (1 de Noviembre)

Este día se celebra la fiesta de todos los santos que tuvieron una vida ejemplar así también de los niños difuntos. Esta fiesta es pequeña en comparación con la del Día de Muertos, dentro de las tradiciones se acostumbra realizar altares a los Santos dentro de las Iglesias, y muchas familias acostumbran realizar altares a sus niños muertos ya sea dentro de sus casas o sobre las lápidas en los cementerios.

Los altares son adornados con papel de muchos colores, flores de cempasúchil, si el altar es para un niño se le ponen juguetes como carritos, muñecas, dulces etc.

Día de los Muertos (2 de Noviembre)

Este día se celebra la máxima festividad de los muertos en México. La celebración está llena de muchas costumbres. A las personas les gusta ir y llevar flores a las tumbas de sus muertos pero para otras representa todo un rito que comienzan desde la madrugada cuando muchas familias hacen altares de muertos sobre las lápidas de sus familiares muertos, estos altares tienen un gran significado ya que con ellos se cree que se ayuda a sus muertos a llevar un buen camino durante la muerte.

Las familias pasan largas horas trabajando en el altar, muchos de estos altares son considerados verdaderas obras de artes, ya que reflejan el trabajo, dedicación y creatividad de la gente para ofrecer un buen altar.

Existen muchas formas de realizar altares de muertos, la más sencilla la suele hacer mucha gente dentro de sus casas ya que sobre una mesa cubierta con un mantel se pone una fotografía de la persona fallecida, y se adorna con flores y algunos recuerdos.

Otros altares son realizados según la tradición, donde se establece que el altar debe de constar de 7 niveles o escalones que representan los 7 niveles que tiene que pasar el alma de un muerto para poder descansar.

Estos altares se realizan generalmente en lugares donde exista un espacio grande donde pueda caber todo el altar, el cual debe ser barrido el cuarto con hierbas aromáticas hacia los cuatro vientos un día antes del día de muertos.

Primero se construye o fabrica el esqueleto del altar ya sea con cajas de cartón, madera o lo que se encuentre a fin de que queden bien cimentados los 7 niveles, de los cuales el séptimo debe de estar casi a la altura del suelo y sobre él se pone el segundo nivel que es un poco más chico que el primero y así sucesivamente hasta llegar al primer nivel, cada escalón es forrado con tela negra y blanca.

Cada escalón tiene un significado y debe contener ciertos objetos en específico:

-Primer escalón se pone la foto del santo o virgen de la devoción.
-Segundo escalón es para las ánimas del purgatorio.
-Tercero se pone la sal para los niños del purgatorio.
-Cuarto se pone pan llamado "pan de muerto", este pan es adornado con azúcar roja que simula la sangre, se recomienda que el pan sea echo por los parientes del difunto, ya que es una consagración.
-Quinto se pone la comida y la fruta que fueron los preferidos por el difunto.
-Sexto se pone la foto del difunto a quien se dedica el altar.
-Por último se pone la cruz de un rosario hecho de tejocote y limas.

Las ofrendas que se ponen dentro del altar son las siguientes:
Se prenden cuatro velas principales formando una cruz orientada a los cuatro puntos cardinales, al lado del altar, se pone una olla de barro sobre un anafre con hierbas aromáticas: albahaca, laurel, romero, manzanilla y otras más.

Los elementos que debe tener un altar son:


-Cadenas de papel morado y amarillo que significan la unión entre la vida y la muerte.
-Papel picado que da colorido y alegría de vivir.
-Las flores son la bienvenida para el alma, la flor blanca representa el cielo; flor amarilla, la tierra y la morada el luto.
-Velas que con sus llamas representan la ascensión del espíritu. También significan luz, guía del camino.
-Lienzo blanco y nuevo que representa la pureza, el cielo.
-El cirio representa el alma sola.
-Incienso de copal cuyo humo simboliza el paso de la vida a la muerte.
-El maíz representa la cosecha.
-Las frutas son la ofrenda que nos brinda la naturaleza. Generalmente son cañas de azúcar, naranjas, tejocotes y jícamas.
-Las calaveras de azúcar que son una costumbre indígenas.
-El agua que da vida y energía para el camino.
-Los platillos con las que se trata de agradar el difunto compartiendo los alimentos que le gustaban.Fotografía de la persona a quien se dedica el tributo.
-Un Cristo para que haya bendiciones.
-Una cruz de cal que simboliza los 4 puntos cardinales.
-Sal para que el cuerpo no se corrompa.
-Un camino desde la puerta de la entrada hasta el altar formado con flor de cempasúchil.
-Una vara para liberar al muerto del demonio y los malos espíritus.
-Objetos personales del difunto.

Las personas velan durante la noche en la tumba esperando que el espíritu de su muerto baje y disfrute de su ofrenda.

Esta celebración es distinta en otros lugares, por ejemplo en Oaxaca se realizan alfombras enormes hechas de flores a lo largo de las calles principales que representan un verdadero trabajo artesanal de la gente, en otros lugares grupos étnicos realizan ritos como sus antepasados, para venerar a los muertos.

En fin, México es un país hermoso lo que se refleja en la diversidad de sus tradiciones.

Bendiciones!

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