miércoles, 18 de marzo de 2009

EL CALIZ

El cáliz es sólo un caldero apoyado en un pie. Simboliza a la Diosa y a la fertilidad, y se relaciona con el elemento agua. A pesar de que pueda ser usado para contener agua (la cual siempre está presente en un altar), puede también contener la bebida ritual a ser tomada durante las ceremonias.

Puede estar hecho prácticamente de cualquier material: plata, bronce, oro, barro, piedra, alabastro, cristal, cerámica, etc.

Es un recuerdo del Santo Grial, versión cristianizada del caldero de Cerridwen. Simboliza el vientre fértil de la Diosa.

En los rituales se mezclan en la copa el agua y tres pizcas de sal para las bendiciones y las purificaciones. Está estrechamente asociado con las energías del agua.

Simboliza arquetípicamente el útero de la Gran Madre, del que hemos nacido todos y al que debemos regresar para esperar nuestro renacimiento. Excavaciones arqueológicas en la India, han hallado evidencias de que estos cálices ya eran usados en cultos a la Diosa y que datan del 7000 a.C.

En las leyendas del ciclo artúrico se puede leer como el rey Arturo y sus caballeros partieron en busca del Santo Grial, el cáliz utilizado por Jesús durante la Ultima Cena (que era, en realidad, el seder o comida ceremonial que celebraba la Pascua Judía).

El cáliz ha sido una de las muchas herramientas-imágenes-ritos del paganismo adoptados por la religión cristiana en la época en que los Padres de la Iglesia no lograron erradicar su uso entre la gente del pueblo.

El Grial todavía es considerado un símbolo de la Diosa, y la obsesión por encontrarlo puede proceder de una antigua creencia celta según la cual un rey necesita una reina, una representante de la Madre Tierra, para legitimar su función.

En muchas tradiciones celtas se han utilizado calderos o tazones como sustitutos o complementos de los cálices, con idéntico simbolismo.

También es utilizado para purificar artículos, el espacio ritual y para traer el elemento agua, al cual simboliza al ritual, por lo que en algunas tradiciones es ideal que sea de color azul.

En algunas otras tradiciones se tienen dos cálices: uno de oro, bronce o cobre para celebraciones solares y otro de plata para celebraciones lunares. Aunque los de bronces sueltan sustancias tóxicas al juntarse con el vino y puede ser dañino para la salud.

Bendiciones!

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